La Parroquia María Auxiliadora, que desde 1921 ofrece una ayuda espiritual, se ha hecho cargo desde hace muchos años del “Comedor María Auxiliadora”, un comedor que nació en un contexto social y político del 1990 y hasta la fecha se ha convertido para centenares de personas “en un milagro de la caridad”.
Todos los días, de lunes a viernes, llegan decenas de comensales. Un grupo de señoras preparan la cena para este grupo de ancianos, enfermos, pobres y lo hacen con mucho cariño, sentimiento y amor. “Estamos agradecidos porque, en medio de tantos problemas, Dios no nos ha olvidado”, declara Emilio Loo, quien se siente útil, pero no encuentra trabajo porque tiene 75 años.
La preparación de la cena está a cargo de 18 grupos. Cada grupo busca los alimentos. Son víveres que han recogido pidiendo de puerta en puerta. “Nos dan medio kilo de papas, un pedazo de zapallo, dos cebollas…”, nos cuentan. Como ellas, están los voluntarios que ayudan en la cocina, sirven los alimentos, dirigen la oración y comparten un consejo. Es un servicio que prestan, desde las 2 y las 6 de la tarde.
Fernando Soto Chávez acompañaba a su esposa, Ester Arce, de casa en casa para pedir víveres. Ella falleció y ahora, Él se encarga de administrar el comedor.
Así, día a día, la mano de la Providencia y la generosidad de los fieles hacen que ocurra el milagro de la caridad en el comedor María Auxiliadora.