La educación de niños y niñas es la respuesta contra la pobreza. “Un niño o niña que acude al colegio va a contar con herramientas y oportunidades de futuro. Va a adquirir conocimientos que le ayudarán a encontrar un trabajo mejor y una calidad de vida superior. Además cuando después se case, será un padre o madre más responsable y querrá que sus hijos vayan a la escuela. También conocerá sus derechos y no admitirá los abusos, y participará en la toma de decisiones de su comunidad o país. Es un círculo virtuoso que comienza con un lápiz, una pizarra y una escuela”, explica Eusebio Muñoz, director de Misiones Salesianas. “La educación está al servicio de ese camino para que cada ser humano pueda ser artífice de su destino”, advierte el Papa Francisco en su última encíclica, Fratelli Tutti.
Desde Misiones Salesianas creemos que la educación hace soñar con un futuro esperanzador. “Estamos comprometidos con la educación integral de los niños y niñas, sobre todo de los más vulnerables para que tengan oportunidades de vida”, añade Muñoz. Por ello, nos unimos al Pacto Educativo Global propuesto por el Papa y que nos invita a mirar más allá. La educación tiene una dimensión de ciudadanía global para crear un mundo donde todos tengan cabida y se cuide a las personas y a la Casa Común. “Hoy más que nunca, es necesario unir los esfuerzos por una alianza educativa amplia para formar personas maduras, capaces de superar fragmentaciones y contraposiciones y reconstruir el tejido de las relaciones por una humanidad más fraterna”, indicó el Papa cuando lanzó la propuesta de un Pacto Educativo Global.
La pandemia supone un gran reto en la lucha contra la pobreza y el acceso a la educación. Más de 100 millones de personas van a caer en la pobreza extrema como consecuencia de la crisis sanitaria. Millones de personas dejará de tener oportunidades de futuro. Desde Misiones Salesianas, una vez más, reivindicamos el poder de la educación para luchar contra la pobreza y cambiar el futuro de millones de personas.
Mamadou, Raj, Grace, Tonmoy, Elena, Jon… conocen el poder de los lápices y los libros. Son algunos de los más de 2,3 millones de niños, niñas y jóvenes que reciben educación en centros educativos salesianos de todo el mundo. Pero, sobre todo, son niños, niñas y jóvenes que miran el presente con esperanza.