Uno se pregunta: ¿cuál es el elemento más importante de nuestra educación Salesiana? ¿Es realmente un edificio o una tecnología lo que es fundamental? Claramente las aulas y la tecnología juegan un papel importante. Con los dispositivos utilizados en el aula, los profesores pueden llevar a los estudiantes a cualquier parte del mundo, pueden mostrarles las recreaciones de los átomos y pueden abrir sus mentes a nuevas artes y culturas. Siempre es gracias a la tecnología que los estudiantes, desde casa, pueden seguir aprendiendo, conectándose a Internet y siguiendo las lecciones gracias a una pantalla y un micrófono.
Pero no se puede dejar de pensar en los muchos jóvenes que no tienen ciertas comodidades en casa y que ahora corren un gran riesgo de quedarse retrasados. Donde antes un buen profesor podía integrar su aprendizaje y ayudarles a superar los desafíos, hoy nos limitamos a las pantallas, a las cámaras y al micrófono que tenemos.
Entonces queda claro cuál es el elemento fundamental de la educación Salesiana: los jóvenes. Los profesores, educadores y líderes y todos ellos tienen papeles importantes, pero sin los jóvenes no se puede ser Salesiano. El núcleo de la educación Salesiana debe permanecer constante y estos tiempos difíciles lo han dejado muy claro.
Al final de este período de aislamiento, de hecho, los jóvenes no recordarán las innumerables actuaciones, pero sí recordarán a la persona que preguntó: “¿Cómo estás?”. Recordarán el momento en que cambiamos nuestros planes para satisfacer sus necesidades. Recordarán la cara amigable que se tomó al tiempo de conectarse y compartir una risa con ellos.
Este es un llamado a la renovación de la Familia Salesiana. Este período de distancia física y social debería reorientar nuestra visión y esfuerzo. La educación Salesiana no debe depender de edificios, instalaciones, documentos, reuniones y programas. Son importantes, por supuesto, pero no son el elemento fundamental. El aislamiento ha dado una idea de cuáles son las necesidades reales de los jóvenes y cuando volvamos a nuestra vida normal, es importante seguir viviendo lo que Don Bosc nos dejó “que los jóvenes se sientan amados”.
Fuente: The Links