La Boca es uno de los 48 barrios de Buenos Aires. Barrio de emigrantes. Luego de la epidemia de fiebre amarilla en el siglo XIX se mudaron los más pobres de la ciudad. La gente no quiere vivir. Es un barrio “temporal”.
En el barrio hay muchas casas de colores. Los marineros adornan sus casas con pinturas que quedan de pintar los barcos. Es un lugar muy hermoso, pero basta pasear por las calles para darse cuenta de la enorme cantidad de niños y jóvenes. Los niños están abandonados, pareciera que no interesa a los padres. “Aquí se necesita anunciar la Misericordia Divina non solo con palabras, sino también con hechos”, reafirma el P. Tomas.
Los Salesianos se preocupan de los niños y de los jóvenes abandonados. Tienen una guardería infantil, un jardín de infancia, una escuela primaria y secundaria, organizan talleres, clases particulares y actividades deportivas. Pero, hay algo que diferencia a los salesianos: ellos están con los niños y los jóvenes.
“Venía a nuestra obra un pequeño de tres años. Pedía comida, recibí, y lo guardaba. Entonces me acerqué y le pregunté. La respuesta fue contundente: la comida la llevo a mis hermanos menores. La misericordia se palpa hasta en los pequeños”.