El P. Ramos es párroco en Chosica a menos de 37 kilómetros de la Capital, pero a dos horas en auto por el intenso tráfico. Hace dos años era considerado el “Director mas longevo de la Congregación” pero con una vitalidad de un gran huancaíno. El P. Ramos ha vivido como misionero los años más terribles que el Perú ha vivido en el tiempo del terrorismo y conoce lo que es el sufrimiento.
Ahora, le toca vivir la pandemia más temida por los ancianos, pero él se encuentra sirviendo al Señor en medio de los pobres como siempre lo ha hecho. Sin miedo a ser contagiado, pero con la prudencia y la sabiduría de quien ha vivido muchos años. “Un ejemplo a imitar en medio de esta pandemia en el que Salesiano de Don Bosco no puede permanecer tranquilo y en casa cuando la gente tiene hambre y donde los niños y los jóvenes necesitan de curas como el Padre Rolando”, comenta el P. Raúl Acuña, Director de la Fundación Don Bosco.
“A la fecha, - nos cuenta Silvia Córdova, Trabajadora Social de la Parroquia Don Bosco – hemos repartido alimentos a 800 familias. Los niños son los que más sufren. Hemos atendido a todos, pero hemos constatado que más de la mitad son migrantes venezolanos, quienes sufren el impacto del deterioro económico porque tienen trabajos informales y viven del día”.
El P. Rolando nació en Huancayo. El haber crecido en la campiña, entre agricultores y campesinos le ha dado una sensibilidad especial que se ha potenciado con su ser salesiano. Desde que se inició la cuarentena su mirada se posó sobre los pobres de la zona, organizó inmediatamente una brigada de emergencia para preparar “bolsas salvadoras” con artículos de primera necesidad. Los barrios alejados han sido los primeros en recibir la ayuda.: don bosco, buenos aires, hueta, pomaticla, fiansón, rayos del dol, moyopampa, caminos de maría, julio c. tello, maría auxiliadora son las poblaciones más pobres.
Con una disciplina férrea en lo principal: oraciones, alimentación y medicinas, el P. Rolando organiza personalmente la ayuda. “No sabemos de dónde saca tanta energía, le preguntamos cuál es su secreto y siempre responde: Cristo, solo Cristo…”
“Pues unos dicen que ya soy viejo, y otros que estoy en el apogeo. Pero no es la edad que tengo, ni lo que la gente dice, sino lo que mi corazón siente y mi cerebro dicte”, escribía José Saramango, y el P. Rolando se cumple a cabalidad.
Para quienes deseen ayudar pueden visitar www.fundaciondonbosco.org.pe
Y pueden contactarse con el Sr. Marcos Calderon Esta dirección de correo electrónico está siendo protegida contra los robots de spam. Necesita tener JavaScript habilitado para poder verlo. o el P. Raúl Acuña Esta dirección de correo electrónico está siendo protegida contra los robots de spam. Necesita tener JavaScript habilitado para poder verlo.
