Más de 100 sacerdotes concelebrantes, y con la presencia de los jóvenes de las casas de formación de la ciudad y con la presencia de varios miembros de la Familia Salesiana. El Postulador General de las Causas de los Santos de la Familia Salesiana, P. Pierluigi Cameroni, saludó a los participantes recordando al mismo tiempo el valor y la relevancia del testimonio del Padre Zeman, también a la luz del Sínodo dedicado a los jóvenes, la fe y el discernimiento vocacional, y del Aguinaldo 2019, que invita a todos a la santidad.
En su homilía, el Rector Mayor retomó algunos pasajes que el entonces Inspector de Eslovaquia, P. Andrej Dermek, pronunció durante el funeral del P. Zeman y que tiene un sabor profético: “Hoy, en este lugar, descansa silencioso, inmóvil, con el rostro mirando al cielo, un luchador que ha terminado de luchar, un sacerdote que ha servido la Santa Misa de toda su vida. La existencia del P. Titus es verdaderamente un himno al sacerdocio: ¡Es posible decir que todo lo que vivió entre su primera misa y su funeral estuvo lleno de vida sacerdotal, religiosa y salesiana! ... Decenas de salesianos sacerdotes te agradecen por su sacerdocio. Están dispersos por todo el mundo. Y el árbol debe extinguirse para que florezcan los capullos... Y ese árbol fuiste tú, Titus... En tu tumba no podemos escribir: Descansa en paz, ¡No descanses! En nombre de la asamblea de la Iglesia te pedimos: '¡No descanses, ayúdanos!'. Eres un sacerdote: ayuda a las almas. Eres hijo de Don Bosco: ayuda a los jóvenes y prepara el lugar para nosotros y para ellos”.
El Rector Mayor renovó la esperanza de que el Beato Titus Zeman se convierta para las comunidades educativas y pastorales y para los centros de formación de la Congregación y de la Familia Salesiana, modelo y patrón de acompañamiento de las jóvenes generaciones.