El P. Á. F. Artime animó a los más de 300 participantes, entre salesianos y laicos venidos de 70 países, a tender puentes ante tantas situaciones de familias con dificultades y situaciones de crisis, a imaginar propuestas nuevas para integrar la atención a las familias y la pastoral juvenil.
La con la celebración de la Santa Misa y el acto cultural de clausura, se clausuró el congreso que comenzó el 27 de noviembre. La novedad de este encuentro fue generar una sinergia entre los “Sínodos sobre la Familia” y el próximo “Sínodo sobre los jóvenes”.
Se insistió en la necesidad de involucrar más a los padres de familia en la pastoral juvenil, en buscar acciones conjuntas con otros grupos de la Familia Salesiana, en prestar más atención a la educación afectiva y en crear redes de soporte para las familias que tienen momentos de crisis.
Este Congreso, que llevó cuatro años de preparación, según comentó el P. Fabio Attard, Consejero General salesiano para la Pastoral juvenil, fue un momento importante en la reflexión de toda la Congregación. Recoge los retos planteados por el Papa Francisco en los sínodos de la Familia, abre el campo de acción de la misión salesiana y guiará la reflexión de la Congregación.
El último día del Congreso se presentó el tema: “Formación a la vocación matrimonial y familiar”, a cargo del P. Mario Óscar Llanos, del UPS – Roma. Se trata de una propuesta innovadora, interdisciplinar, que conjugará materias del ámbito de la biofísica, pedagogía, psicología, antropología, pastoral y teología, para formar a “artesanos de la acogida, del discernimiento, del acompañamiento”, según explicó Llanos.
“Sigan transmitiendo esperanza, - insistió el Rector Mayor – dando, a nuestros jóvenes y sus familias, motivos para la esperanza” incluso en medio de realidades difíciles que pueden vivir las familias.