Nació en Còrteno Golgi el 16 de febrero de 1883, a través del Bollettino Salesiano conoce las historias de los misioneros y piensa a su vocación religiosa. Emite la primera profesión en 1908 en Nizza Monferrato. Durante la primera guerra mundial cursa en Varazze estudios de asistencia sanitaria y trabaja como enfermera. A continuación de una violente inundación, María le promete a la Virgen que si le salvará partirá para las misiones. Obtenida la gracia, sor María pide a la Madre general ir entre los leprosos.
La madre Caterina Daghero la destina en 1922 a las misiones en Ecuador. Una vez llegada a Méndez, sor María se gana la confianza de la tribu Shuar, al operar con un cortaplumas a la hija de un jefe herida con una munición. Las monjas se establecen definitivamente en Macas, un poblado de colonos rodeado por las habitaciones colectivas de los Shuar.
Sor María se queda en tierras ecuatorianas durante 44 años y será llamada por todos Madrecita. Sobre todo es catequista y evangelizadora, rica de recursos maravillosos de fe, paciencia y amor fraterno. Su obra para la promoción de la mujer shuar florece en cientos de nuevas familias cristianas, formadas por primera vez por decisión libre de los jóvenes esposos.
De un simple y pobre consultorio llega a fundar un hospital y prepara ella misma a las enfermeras. Es "médico" para el cuerpo y el espíritu: mientras cura o distribuye medicinas, aconseja y evangeliza. Con materna paciencia escucha, favorece la comunión entre la gente y educa al perdón a los indígenas y colonos, ofreciendo para ello su propia vida. "Una mirada al Crucifijo me da vida y coraje para trabajar" decía. El 24 de noviembre de 2012 fue beatificada en Macas, Ecuador.
En este año de 2019, en el que la Iglesia celebrará en el mes de octubre un sínodo de los obispos para la Región Panamazónica, con el título: "Amazonas, nuevos caminos para la Iglesia y una ecología integral", el testimonio de la beata María Troncatti brilla por haber sido un instrumento de la misericordia de Dios hacia todos los necesitados en el físico y en el espíritu; instrumento de paz y de reconciliación.
