El fuego del Espíritu de Dios marca e ilumina el curso que debe seguir la barca del Capítulo. Embarcados en él, los Salesianos deben mantener el rumbo junto a los jóvenes que reman con fuerza, todos frente a la misma meta que es el objetivo del Capítulo, formado por tres núcleos: la prioridad de la misión por los jóvenes, con todos los desafíos que conlleva; el perfil del Salesiano y la corresponsabilidad con los laicos.
El punto de partida son los Capítulos Inspectoriales, las contribuciones de los Salesianos a nivel individual y las reflexiones de los jóvenes. La Comisión Pre- Capitular compuesta por 13 Salesianos de todas las regiones del mundo -entre ellos el mismo P. Bozzolo- ha transformado todo esto en un texto que interpela a los Capitulares. Ahora es trabajo de los Capitulares, a ellos le toca abordar con la metodología del discernimiento, que no es una técnica, sino un arte espiritual-práctico, la sabiduría de quien sabe escuchar y hablar con sinceridad.
El Capítulo - se ha recordado - no es un "parlamento", sino es el lugar donde se sabe reconocer a Dios en la voz de los hermanos.
De aquí las sucesivas etapas que llevarán a las elecciones, a través del triple tamiz, a reconocer, a interpretar, a elegir.
Siempre a la luz de la Palabra de Dios, las indicaciones de la Iglesia, la herencia espiritual de Don Bosco.
Y será un nuevo Pentecostés. Este es el deseo y la voluntad de todos.