Es verdad que al final del túnel siempre hay una luz que invita a seguir adelante, y así lo ha hecho la Familia Salesiana, los Salesianos presentes a partir de 2009, las familias vinculadas a ese entorno, que nunca han abandonado la idea de redescubrir y reconstruir la belleza del pasado, pero con un propósito preciso: empezar de nuevo sin vivir de los recuerdos. “Es el año cero, hemos renacido”, ha manifestado una de las personas que vive L’Aquila.
Los directores de la obra salesiana de L'Aquila se suceden, sus ideas, sus proyectos se ponen sobre la mesa para ser realizados. El P. Kamil Podorski, ya director, se refiere a uno de los grupos de la Familia Salesiana creada por Don Bosco: el ADMA, la Asociación de María Auxiliadora.
Es el 24 de mayo de 2017 se formalizó en L'Aquila el grupo ADMA. Una veintena de personas pronunciaron su promesa comprometiéndose a participar en la vida litúrgica, a vivir y difundir la devoción a María Auxiliadora, a cultivar un ambiente cristiano acogedor, a colaborar en la misión de Don Bosco.
“Nuestros rostros ya son conocidos, nuestros nombres han resonado durante años. Hemos sido scouts, exalumnos salesianos, Salesianos Cooperadores, educadores y ahora nos hemos asociado al grupo ADMA; un grupo nuevo que se une a nosotros y nos trae un soplo de aire fresco”.
Una familia de la gran Familia Salesiana que vive en simbiosis con el oratorio, que participa en todas las actividades, una comunidad de hermanos y hermanas que se aman. Algunos se han preguntado ¿Qué los impulsó a unirse al grupo de ADMA? El amor a María Auxiliadora y a Don Bosco.
“El camino de ADMA es un camino de la Familia Salesiana, como Don Bosco, un camino de formación cristiana. Frente a las muchas dificultades y decepciones de la vida personal, frente a los dramas de la sociedad, no queremos perder la esperanza de un mundo más humano y sereno. Los que reconocen los valores de la vida encuentran tiempo para la oración, el diálogo, la caridad, la conversación, la amistad, la colaboración. Estar juntos para nosotros se ha convertido en una necesidad, orar juntos es encontrar la paz para nuestras almas, celebrar juntos es regocijarse en el don de la vida”, han enfatizado.
Fuente: www.donbosco.it
