Así, algunos ex-alumnos de las escuelas salesianas de Eritrea decidieron tutelar, valorizar y promover este "valor adjunto" de la propia existencia y han decidido iniciar una Asociación de Ex-alumnos también en su país.
El primer paso para este ambicioso proyecto fue realizado en Turín, el 2 y 3 de noviembre, cuando una decena de ex-alumnos eritreos se reunieron con don Petros Abraha, delegado de la Delegación Eritrea, empeñado en mantener vivas las relaciones entre sus compatriotas en la diáspora.
Un encuentro entre antiguos compañeros de colegio, acomunados por haber dejado la propia tierra para buscar de encontrar un futuro, en una condición de libertad y seguridad, gracias a las competencias adquiridas en las escuelas profesionales salesianas. Ellos que fueron obligados a buscar asilo lejos de sus pueblos y ciudades, tuvieron que superar también otra frontera: el de la acogida en Europa. No fue fácil mejorar la condición de extranjero en la que se encontraron en los diversos países: Reino Unido, Alemania, Suiza, Suecia y Noruega. La primera dificultad fue el idioma, si bien el inglés escolar practicado en Eritrea resultó ser muy precioso para introducirse en el mundo del trabajo. Hoy tienen la posibilidad de mantenerse a sí mismos y a sus familias y de enviar dinero a los familiares que se quedaron en su país.
Entretanto no se trató solamente de un reencuentro de compañeros de colegio. También la sede elegida para la reunión, Turín-Valdocco, fue motivada por un fin específico: "Conocer el lugar donde todo tuvo inicio", explicó Marco Faggioli de "Missioni Don Bosco" de Turín, que patrocinó la iniciativa. "Todos estaban conscientes de que habían sido ayudados por Don Bosco, y deseaban conocer más a fondo de dónde venía el empuje del carisma salesiano" indicó don Abraha.
Entretanto no todos los que se habían anotado lograron participar. Aunque aquellos que vinieron maduraron una decisión histórica: "Hemos establecido de dar vida a una red de ex-alumnos eritreos". La decisión nació entre los mismos participantes y la finalidad es dar una mano a sus hermanos en Eritrea: apoyo a los itinerarios profesionales, compartir experiencias sobre las especializaciones más solicitadas también en el exterior, consejos para no recurrir a los traficantes de personas.
Al concluir el encuentro uno de los ex-alumnos dijo que así como Don Bosco envió misioneros desde Turín, así ellos sienten el deber de crecer como misioneros entre sus hermanos. Y como epílogo natural de este histórica reunión se decidió fijar otro encuentro para agosto del próximo año.