El evento de clausura del VIII Congreso Internacional de María Auxiliadora se realizó con la presencia de Inspectores y Superiores y responsables de los Grupos de la Familia Salesiana. Se contó con la presencia del P. Eusebio Muñoz, Responsable Mundial de la Familia Salesiana, del P. Pier Luigi Cameroni, Animador Espiritual de ADMA, y del Sr. Renato Valera, Presidente del ADMA, quien manifestó que “el encuentro ha sido una vivencia de las dos columnas del Carisma Salesiano: Jesús Eucaristía y María Auxiliadora. Me siento emocionado por el lugar donde será el próximo encuentro, sobre todo por el Amor a María que se vive en eso lugares”.
A las 10 de la mañana el Rector Mayor se presentó en el Santuario para regalar las palabras de clausura y ofrecer el camino para los próximos años que nos lanzan al próximo encuentro mundial en Portugal. “Nos une la dimensión misionera salesiana desde el mismo el mismo corazón de Don Bosco y la historia de esta nación nos habla de su amor para llevar el Evangelio. Debemos en primer lugar, tomar conciencia de se una iglesia misionera”. Durante la presentación el P. A.F. Artime recordó el trabajo de los salesianos misioneros en todos los rincones de mundo y sobre todo, el trabajo por llevar a María Auxiliadora a todos los lugares más insospechados, como es el caso de Meruri, en Brasil.
Durante su presentación dejó algunos elementos claves para el trabajo personal y sobre todo para la misión salesiana de todo hijo de María Auxiliadora. “María nos conoce – ha reafirmado – y sabe cómo somos; conoce nuestros sueños y proyectos. Ella nos toma de la mano y nos conduce poco a poco hacia Jesus”. El Rector Mayor invitó a todos los participantes al Congreso a vivir con profundidad su vida espiritual y a “preguntarnos a cada momento ¿qué es lo que quieres de mi Señor?. Esta es una pregunta que todos deben hacerse para profundizar la vida y la misión en este mundo”.
El Rector Mayor concluyó declarando que “María que es nuestra Madre y nos dice como en el Evangelio: ‘¡haz lo que Dios te diga!’”. Al finalizar la celebración, antes de entrar en el “camarín” de María Auxiliadora declaró concluido el VIII Congreso y lanzó el próximo Congreso, con sede en Portugal. Desde lo más alto de la Basílica impartió la bendición, con cariño y gratitud.