La Positio tuvo como ponente al P. Zdzisław Kijas, OFM Conv., como Postulador el P. Pierluigi Cameroni, SDB, como colaboradores a la Dra. Lodovica Maria Zanet y a la Hermana Francesca Caggiano, Hija de María Auxiliadora.
Los elementos estructurales de la "Positio", que se presenta de manera articulada y profunda es una evidencia documental y testimonial sobre la vida virtuosa del Siervo de Dios. Son una breve presentación del orador; la “Informatio super virtutibus”, es decir, la parte teologal en la que se demuestra la vida virtuosa del Siervo de Dios; los dos Sumarios con las evidencias documentales y testimoniales; la “Biographia ex Documentis”. Después de la presentación, la “Positio” será examinada por los Consultores Teológicos de la Congregación para las Causas de los Santos.
El P. Felice Canelli nació en San Severo (Foggia, Apulia) el 14 de octubre de 1880, en el seno de una familia muy pobre. En 1886 quedó huérfano de padre, entró en el seminario en 1892 y fue ordenado sacerdote el 6 de junio de 1903. En un momento difícil para la Iglesia y la fe católica, eligió ser un "verdadero sacerdote", pobre e infatigable, un signo vivo de Jesús entre los olvidados, los enfermos, el pueblo hambriento e provocado por los enemigos de la Iglesia, los terratenientes y el clero burgués.
Atraído espiritualmente por la figura de San Francisco de Asís y de San Vicente de Paúl, en 1905 conoció el carisma salesiano, que hizo suyo hasta su muerte. Estimado por sus Superiores, fue director diocesano de los Salesianos Cooperadores y guía espiritual y padre de los exalumnos Salesianos y de las Hijas de María Auxiliadora. La gente lo consideraba como el “Don Bosco había regresado” y como el “pequeño San Vicente” por su amor a la juventud y a los pobres. Hizo del carisma salesiano la manera de trabajar en su diócesis.
De hecho, junto con los exalumnos y los adultos de la obra salesiana, fue el motor del asociacionismo laico diocesano, en los ámbitos eclesial, educativo, asistencial y político, bajo la bandera de la “Rerum Novarum”.
Alma profundamente eucarística y trinitaria, fue sacerdote “en salida" y en los suburbios. Desde el 1 de mayo de 1927, casi ininterrumpidamente hasta su muerte, fue párroco de la Santa Cruz en San Severo, tierra de primera evangelización. Con su estilo paternal y cercano, con su vida virtuosa y un continuo fervor por las obras apostólicas, se acercó a la gente, ayudándola en sus necesidades básicas para acercarlos al Señor.
El pueblo lo veneraba como un gran sacerdote, pastor y padre. Murió el 23 de noviembre de 1977 en San Severo a la edad de 97 años, después de haber recitado: “Gloria al Padre y al Hijo…”