El objetivo de este encuentro era promover la continuación del camino sinodal iniciado con el último Sínodo de Obispos sobre el tema: "Los jóvenes, la fe y el discernimiento vocacional" y con la Exhortación Apostólica del Papa Francisco "Christus Vivit". (…)
El primer día se dedicó a la reflexión sobre el proceso sinodal a nivel local, con preguntas sobre la participación de los jóvenes como protagonistas de este proceso y sobre los ejemplos de buenas prácticas que surgieron de este camino común. El segundo día abordamos la pregunta ¿Qué aspectos de Christus Vivit son los más relevantes para nuestro contexto específico, mientras que el tercer día discutimos acciones concretas que podríamos implementar, comenzando con la pregunta: ¿Cómo puedo ayudar a mi comunidad eclesial local a proceder con la implementación de las propuestas sinodales? El Foro terminó el sábado con la Eucaristía en San Pedro y el encuentro con el Papa Francisco.
La participación en este Foro fue una experiencia única para mí. Fue un gran ejemplo de cómo continuar el camino sinodal con los jóvenes, cómo escucharnos y hacernos protagonistas de este proceso (...) Los momentos más fuertes fueron los momentos del compartir con los otros participantes, en los grupos de trabajo, pero especialmente en los momentos informales.
Los temas siguen siendo los mismos: ¿Qué experimentamos en la vida cotidiana de la Iglesia? ¿Qué soñamos con la Iglesia? ¿Cómo podemos apoyar el camino sinodal? Este acontecimiento demostró que todos formamos parte de una gran familia llamada Iglesia, llena de diversidad y de jóvenes que "arden" y que se consumen por ella.
"Comprometámonos a ser agentes de cambio, de paz, de alegría y de esperanza" fue una frase motivadora presentada por un grupo de trabajo. "Queremos una Iglesia con y para los jóvenes" fue otra de estas frases, que puede ser muy conocida en el MJS, pero que no describen la realidad. Por eso, junto con todos los demás miembros de la Iglesia, necesitamos continuar este camino sinodal, ser una Iglesia acogedora, proyectada hacia todos los hombres, especialmente hacia los jóvenes y hacia aquellos que están o se sienten alejados de la Iglesia.
Quiero concluir con otra frase motivadora que se escuchó en el foro: "¡Somos el rostro de Cristo, plenamente vivo!”.