“¿Cuántas cosas damos por sentadas, simplemente porque siempre las tenemos a nuestra disposición? Cuando pulsamos un interruptor o abrimos la llave de agua, ¿nos hemos preguntado alguna vez si hay electricidad o si el agua saldrá? Estas son solo algunas de las reflexiones que el P. Jabloyan deja en el corazón de los jóvenes estudiantes de Valdocco.
En un país que lleva ocho años en guerra, el Oratorio Salesiano es un punto de referencia y de esperanza: el “after-school”, el catecismo, los chicos de verano, los equipos deportivos, los grupos... "cosas normales, en tiempos inusuales". Porque durante un conflicto, incluso el número de víctimas se convierte casi en un "hábito". Víctimas como un niño de 12 años muerto por un incendio de mortero mientras esperaba el autobús. O como dos hermanos junto a su madre, tranquilos y “seguros” en su casa, recibieron un cohete que los mató en el lugar que por excelencia debe dar seguridad.
En palabras del P. Jabloyan, los muchachos pudieron sentir dolor y sufrimiento, pero también conocieron los milagros cotidianos y la esperanza de los que siguen haciendo el bien cada día y dando testimonio de ese amor más grande que los impulsa a dar la vida por los demás: acogiendo, jugando, ayudando, encontrando la fuerza para celebrar de nuevo cada pequeña alegría cuando todo a su alrededor habla de muerte. Y es en este contexto que se inserta el hermanamiento entre Valdocco y Alepo.
Al final de un año de reflexión, dedicado a momentos de juego y celebración, de animación y de retiro, los muchachos del CNOS-FAP de Valdocco decidieron ponerse en juego “por la vida de los demás”, conscientes de que solo de esta manera se puede realizar plenamente la vida.
Para lograr este proyecto, los muchachos han puesto en marcha una “suscripción al premio”, quienes se inscriban podrán viajar a la casa salesiana de Alepo.
Un pequeño gesto pero realmente puede marcar la diferencia. Porque, como declaró el P. Jabloyan: “al final de la guerra, los que han hecho el mal serán olvidados. Pero todos los que han hecho el bien a los muchachos de Alepo serán recordados para siempre”.
Fuente: Salesianos Piamonte