Esta experiencia se puede constatar en Ghana, donde nació el “Centro de Protección de la Infancia”, dedicado a los menores que eran tratados como esclavos y que gracias a la policía fueron rescatados. Se trata de un proyecto creado para proporcionar espacios a los niños y a las niñas en las afueras de la capital Accra, y que acoge a las víctimas de la trata.
El P. Silvio Roggia, con 20 años de misionero en Ghana, es uno de los promotores de este proyecto y explica: “El Centro de Protección de la Infancia es un hogar para aquellos que se encuentran desamparados, con terribles heridas internas que curar y una vida para hacer florecer después de meses y años de infierno”.
Lamentablemente, el fenómeno de la esclavitud infantil está muy extendido en esa región africana. “Hace ya veinte años, cuando viajaba por Nigeria y Ghana, pasando por Benin y Togo – recuerda el P. Silvio Roggia – en las fronteras se veían carteles de organizaciones que advertían contra el tráfico de niños, vendidos durante años y utilizados en las plantaciones de cacao como mano de obra barata por amos sin escrúpulos. El tráfico de niños se extendió a los sectores de la pesca y la ganadería ovina y luego se abrió a los círculos delictivos extranjeros”.
De esta manera nació el “Centro de Protección de la Infancia”, que se encuentra en un terreno donado por Inna Marian Patt, ganadora de Miss Ghana 2004. La joven deseaba que naciera una obra dedicada a las jóvenes más desfavorecidas y, una vez que conoció a los Salesianos de Don Bosco, su sueño se hizo realidad.
Un centro como éste es indispensable para la recuperación de los jóvenes y las jóvenes. Cuando la policía logra salvar a estos niños y muchachas, de hecho es muy importante incluirlos lo antes posible en un camino de recuperación psicológica y social.
En el “Centro de Protección de la Infancia”, los jóvenes aprenden a leer y escribir, reciben una educación adecuada y, finalmente, se inician en el mundo laboral.
“Podemos ver los milagros – añade el P. Silvio – Los niños que habían perdido el uso de la palabra a causa del trauma sufrido, vuelven a comunicarse y los que han sido condenados a años de aislamiento total vuelven a socializar”.