“Solo Dios puede hacer grandes cosas desde los más pequeños - expresó el P. Ángel en su homilía – como Jesús estaba en el vientre de María y Juan en el de Isabel: dos recién nacidos y dos mujeres, ayer como hoy, poco considerados en comparación con los poderosos de la tierra”.
“Y esto tiene mucho que ver con nuestra historia -continuó el P. Ángel- la de una Congregación Religiosa perteneciente a la Familia Salesiana, fundada por nuestro querido y probado hermano Mons. Giuseppe Cognata, nacido para ir donde los más necesitados y pobres, llamado a tener poco éxito en la historia de la humanidad, pero a tener mucho más en la vida de las personas que se acercan a ustedes, queridas hermanas”.
Durante la celebración Eucarística, se realizó la renovación de las promesas por parte de algunos laicos salesianos. El Rector Mayor tuvo palabras de padre para cada uno y una atención especial, que llenó los corazones de todos los presentes de una alegría sencilla pero profunda, en un ambiente de verdadera familia.
Al final de la celebración se detuvo en oración ante la tumba de Mons. José Cognata, y posteriormente visitó la habitación con las pocas cosas personales que perteneció al obispo de Bova en su exilio en ‘Castello di Godego’.
La Madre General, Sor Graziella Benghini, ilustró al Rector Mayor la vida heroica y humilde de Mons. Cognata, cuyos restos mortales descansan en la Capilla de la Casa Generalicia.
Por la tarde, se reunió con los niños, niñas, padres de familia de la escuela "San Giorgio”, finalizando con cantos ofrecidos por las primeras Hermanas misioneras.
“Agradecemos al Rector Mayor por compartir con las Hermanas Oblatas Salesianas del Sagrado Corazón un día de fraternidad – ha expresado la Madre General – porque ha fortalecido el vínculo que une a todos en el gran árbol de la Familia Salesiana. Las SOSC llevarán siempre en sus corazones el recuerdo de este día inolvidable, asegurando al P. Ángel sus oraciones por su compromiso diario como X Sucesor de Don Bosco”.