En Malawi, más del 50% de la población vive en la pobreza. La agricultura es una parte fundamental de la economía del país, pero la distribución de la tierra es desigual y los cultivos son muy vulnerables a las frecuentes sequías de la región. Pocas casas tienen agua corriente. Uno de cada diez habitantes tiene acceso a la electricidad. El agua se recoge de pozos o de arroyos y en la mayoría de los casos se encuentra al aire libre. El hambre y la malnutrición son los compañeros diarios en la vida de muchos ciudadanos de Malawi. Y en ese contexto, obviamente muchos niños se encuentran en pleno desarrollo pero con pocas oportunidades educativas.
El Centro Juvenil Salesiano en Lilongwe, es el hogar diario de un promedio de 600 jóvenes de diferentes lugares y se ha convertido en un modelo de éxito por su capacidad para mejorar la vida de los jóvenes a través de actividades deportivas, de formación profesional y técnica. El centro ofrece charlas nocturnas para el crecimiento espiritual y moral de los jóvenes.
Los salesianos emplean todo el potencial educativo del deporte. Se usa las instalaciones para cursos deportivos y torneos de fútbol, voleibol y otros deportes, y se ofrece a los jóvenes algunos talleres de moda, cosmética, contabilidad, construcción, mecánica automotriz, hotelería, informática y comunicación. Todos los programas se ofrecen en el Instituto Técnico “Don Bosco”.
El nuevo programa de formación en competencias y capacidades individuales es el núcleo de todas estas actividades, ya que sirve para asegurar a los jóvenes la posibilidad de desarrollar sus capacidades personales, su carácter y su comportamiento, y prepararlos a tomar buenas decisiones para su futuro.
“A través de la educación, los jóvenes pobres pueden romper el ciclo de la pobreza y tener la esperanza de un futuro mejor”, declaró el P. Mark Hyde, responsable de la Procura Misionera Salesiana de New Rochelle.
Fuente: Salesian Missions