Kinshasa, la capital de la República Democrática del Congo, tiene una gran cantidad de personas. Alrededor de 17 millones de habitantes pululan por sus calles y entre ellos hay muchos niños y jóvenes necesitados, porque pertenecen a familias pobres y porque han adoptado la vida en la calle y se encuentran expuestos a todos los peligros.

Para todos estos jóvenes, los Salesianos trabajan y se encuentran presentes en la ciudad con seis presencias. Uno de aquella obra es el oratorio “Migeul Rúa” en Masina, un municipio en la capital de Kinshasa. El oratorio se ha convertido en un lugar de encuentro y de formación humana dentro de un barrio popular y densamente poblado que está experimentando un momento de dificultades socioeconómicas particulares.

Al oratorio salesiano de Masina asisten actualmente 800 menores de edad, entre niños y niñas, de 7 a 15 años. El vecindario experimenta la presencia de tantos muchachos en el oratorio y que puede convertirse en un problema de relación y de molestia para las personas.

Esta es la razón por la cual la nueva Visitaduría de África Congo Congo (ACC) hace un llamado a la solidaridad y de apoyo. Los Salesianos en Masina tienen la intención de ofrecer a todos los jóvenes la oportunidad de aprender música y crecer a través del deporte, pero para ello deben tener los instrumentos necesarios como los instrumentos musicales, uniformes de juego, silbatos, balones de fútbol, ​​baloncesto y balonmano...

Es un proyecto simple, pero arraigado en el Sistema Preventivo de Don Bosco, y de gran importancia: porque, como manifiesta el Cardenal Laurent Monsengwo Pasinya, arzobispo de Kinshasa, con motivo de la celebración diocesana de la Jornada Mundial de la Juventud, “el presente y el futuro del país pertenecen a los jóvenes”.

Para obtener mayor información visite: www.missionidonbosco.org 

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