En su ponencia, el P. Sala ilustró el “Instrumentum Laboris” del Sínodo sobre los jóvenes. El documento es el resultado “de escuchar la convergencia de todos” y por lo tanto es “un marco actualizado sobre la condición general de los jóvenes", así como “una colección unificada y sucinta de los temas a tratar”.
Del “Instrumentum Laboris” hizo hincapié en la perspectiva del acompañamiento, el tema que guió el Aguinaldo 2018. Es, de hecho, el acompañamiento que actúa como un “requisito previo para cada anuncio cristiano”, y es solo en esa perspectiva que pueda hablarse de un viaje de fe y del liderazgo juvenil, como sucedió en la preparación del sínodo.
Así, tras indicar las sombras y las luces de la situación de los jóvenes de hoy, como la parálisis delante de las decisiones importantes y también un anhelo espiritual; la reflexión se orientó a un replanteamiento de la dimensión vocacional en su conjunto, que debe conducir a la creación de una “cultura vocacional que potencia cada tipo de llamada”.
Junto con algunas preguntas, el ponente indicó finalmente las prioridades de acción que deberían tener las dos congregaciones: la presencia diaria junto a los jóvenes, la calidad de la espiritualidad y el testimonio, el espíritu de familia, el compromiso de dar más a los que recibieron menos.
Después de la presentación de los participantes consejeros SDB-FMA, se dividieron en grupos y desarrollaron algunas reflexiones y resonancias de cómo las dos Congregaciones se encuentran inmersas en el sínodo, la contribución a la Iglesia universal y el recorrido post-sinodal que deben visualizar a futuro.
El trabajo finalizó con la intervención de la Madre Reungoat y del Rector Mayor.