Durante la celebración del miércoles de ceniza los Misioneros de la Misericordia concelebrarán con el Santo Padre y en tal ocasión recibirán el mandato junto con la facultad de absolver los pecados reservados a la Santa Sede. Esta potestad la tendrán durante todo el año de jubilar.
Entre los sacerdotes convocados se encuentran el P. Albert Sabbe salesiano de origen Belga que durante este año tendrá la misión de ser “Signo vivo de la Misericordia del padre”. El P. Alberto pertenece a la inspectoría de Bélgica Norte (BEN) y estuvo durante más de 30 años trabajando como misionero en África, República del Congo. Nos cuenta cómo fue convocado, “Mi obispo me pidió que aceptara este encargo del Papa Francisco junto a otros 4 sacerdotes de nuestra diócesis en Belgica, yo me sentí muy conmovido por esta petición de Mons. Luc Van Looy, sólo dos días después del nombramiento lo comenté con mi comunidad y que durante este año realizaría este ministerio de misericordia…”
Debido a problemas de salud el P. Alberto regresó a su inspectoría desde Kinshasa y estos últimos 6 años ha ejercido su ministerio sacerdotal como capellán de un hospital estatal en la ciudad de Sint-Denijs-Westrem. Además, durante 6 semanas cada año se traslada a Lourdes para confesar peregrinos, esto ha sido para él regalo de Dios, “Cuando alguien viene a pedir que lo confiese siento la responsabilidad de llevar el perdón a Dios a las personas, confieso a mucha gente cuando estoy en Lourdes y percibo la enorme alegría de las personas de sentirse amadas por Dios”.
“Por desgracia, - comenta el P. Albert - sobre todo en Europa del norte la gente ya no se confiesa y la gente siente mucha dificultad de contar a otro sus pecados, allí veo la causa de la mucha tristeza profunda de mucha gente”.
Como salesiano, siente la cercanía especial a Don Bosco que veía en el sacramento de la confesión un camino seguro de santidad para los jóvenes. Confesar me hace muy feliz. “Estoy convencido que cuando una persona se viene a confesar y busca la misericordia de Dios viene acompañado por la Virgen y siempre, al final de la confesión cuando doy la penitencia, le pido a las personas que primero recen un ave María para agradecer este regalo que ella les ha hecho al acercarlos a este sacramento”.
Son 1142 los sacerdotes que han recibido el ministerio de ser “Misioneros de la Misericordia”, muchos provienen de países lejanos: Birmania, Líbano, China, Corea del Sur, Tanzania, Emiratos Árabes, Israel, Burundi, Vietnam, Zimbawe, Timor Este, Indonesia, Egipto. Además entre ellos hay sacerdotes de rito oriental.