Para la ocasión, el Arzobispo de Gulu, Mons. Gian Battista Odama, acompañado en procesión por muchos niños y adultos, quien presidió la Eucaristía, autorizó formalmente las actividades pastorales de la Comunidad Salesiana dentro del campo de refugiados.
Al evento asistieron numerosos sacerdotes de Sud Sudán, autoridades ugandesas y pastores de otras iglesias cristianas. En nombre de los Salesianos, estuvo presente el P. Camiel Swertvagher, Superior de la Visitaduría de “África Grandes Lagos” (AGL), que incluye a Uganda como parte de su servicio de animación y gobierno. El P. Camiel realizó una lectura oficial del documento enviado por el Rector Mayor para la construcción de la nueva comunidad.
Para dicho acontecimiento llegaron un promedio de dos mil refugiados quienes participaron de la Santa Misa. Sus expectativas con respecto a la presencia de los salesianos son muchas: especialmente la posibilidad de recibir educación, de dar continuidad a los estudios de sus hijos. Los jóvenes, los adolescentes y los niños, depositan grandes esperanzas por la presencia de Don Bosco en medio de ellos.
“Esta presencia es una nueva frontera de la Congregación, que nos hace percibir la frescura de los inicios del oratorio. Tendrá estructuras simples, capaces de adaptarse continuamente a las necesidades de los jóvenes refugiados. Exigirá de parte de los hijos de Don Bosco un cuidado salesiano, lo que se convertirá en una profecía, en una presencia amigable, educativa y evangelizadora entre los últimos. Se tendrá la necesidad de una comunidad intercultural que manifieste con sus vidas la profecía de la comunión frente a los conflictos marcados, entre las diferentes causas, las contraposiciones étnicas”, manifestó el P. Martín Lasarte, del Dicasterio de Misiones, presente en la inauguración de la nueva presencia Salesiana.
Mientras tanto, el número de refugiados en el campamento continúa aumentando, no solo por la inseguridad en Sud Sudán, sino también por el hambre. Una de las consecuencias de los conflictos es el abandono de la agricultura, que da lugar a una severa hambruna. En la actualidad existen 2,5 millones de refugiados que huyeron de Sud Sudán. A Uganda han llegado un promedio de 1,3 millones. En Palabek, uno de los últimos campos de refugiados viven actualmente un promedio de 41 000 personas y sigue creciendo semana tras semana.
