Al inicio Joseph dormía mucho a fin de recuperarse de los ataque de epilepsia y para curarse de la pierna. Con la ayuda y el trabajo de varias personas, Joseph se curó y comenzó a sentirse bien en el centro salesiano. En “Bakanja Ville” se le dio los cuidados especiales para controlar y reducir sus ataques de epilepsia hasta que desaparecieron.
Durante su recuperación los asistentes sociales han buscado de entablar un diálogo con él, pero Joseph insistía y repetía: “Mwambui” cuando se le preguntaba por su madre (Término, en lengua local que hace referencia a una mujer que ha tenido gemelos).
Un día, Elie, un muchacho que desde hacía poco estaba en el centro salesiano, dijo que conocía a la madre de Joseph que era una vendedora ambulante del mercado de M’zee Kabila. Por varios días los asistentes sociales salieron en búsqueda de la mamá pero sin resultados. ¡Hasta que la historia se repitió! Un nuevo muchacho llegado a Bakanja Ville contó que conocía a Joseph y a su familia porque habían sido vecinos. Los asistentes sociales volvieron a la búsqueda y ¡finalmente lograron encontrar a la familia de Joseph! La misma estaba a punto de celebrar su funeral ya que lo creían muerto: el niño se había alejado de su casa y no había sido capaz de regresar.
Un día después la mamá llegó a “Bakanja Ville” y encontrándose con el hijo le ofreció un tierno abrazó. Una escena y un momento hermoso.
¿Qué habría sucedido con Joseph si no hubiera sido acogido en Bakanja Ville? ¿Dónde estaría hoy? Cada día damos la bienvenida a docenas de muchachos con historias similares a la de Joseph. Son muchachos marcados por la vida, abandonados y en los márgenes de la sociedad, que llegan hasta nosotros pidiendo ayuda.
Ayudémoslos. Ayúdanos a ayudar.
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