Luego de los honores iniciales, El décimo sucesor de Don Bosco fue trasladado a la comunidad salesiana, donde asistió a una ceremonia tradicional de bienvenida, con danzas propias del lugar realizadas por los niños. En la ocasión el Rector Mayor realizó un discurso a los presentes, señalando que él ha visitado 38 países y que la acogida recibida en Monrovia fue verdaderamente notable. Concluyó, señalando que cada cultura es única, pero todas tienen algo en común: hablan el lenguaje del corazón.
Luego del rezo de las Vísperas, el Rector Mayor se dirigió específicamente a los Salesianos, en presencia de algunos Obispos Liberianos que llegaron para dicha ocasión. El P. Ángel resaltó el hecho de que los salesianos están integrados en la iglesia local, al igual que Don Bosco, que en su vida fue capaz de inspirar a muchas vocaciones para la diócesis de Italia. El P. A. F. Artime agradeció la presencia de los Obispos, que llegaron sin ningún protocolo, como señal de la cooperación, del afecto y de la unidad entre la Congregación y la Iglesia, señaló además que es un gran honor para él estar en Liberia.
Inmediatamente después, expresó que deseaba encontrarse con sus hermanos en la realidad cotidiana del trabajo, para confirmarles en la misión y hacerles sentir que cada salesiano y cada presencia salesiana juegan un rol importante para la congregación y que ninguna obra salesiana en el mundo será olvidada.
Por último, durante la cena, el Rector Mayor tuvo la oportunidad de reunirse con Mons. Miroslaw Adamczyk, Nuncio Apostólico en Liberia y Sierra Leona; Mons. Lewis J. Ziegler, Arzobispo de Monrovia; Mons. Anthony F. Bowah, Obispo de Gbarnga; y el P. Dennis Nimene, Secretario de la Conferencia Episcopal de Liberia; y todos los salesianos que trabajan en el país.