“En este sagrado viaje nos encontramos para celebrar nuestra unidad en la diversidad y refutar a los que ven la religión como causa de conflicto”. En una tierra que es “muy religiosa y espiritual”, la cuna del budismo Theravada, “el testimonio de los líderes religiosos tiene un impacto duradero en la vida de nuestros pueblos”, dijo el cardenal.
El Cardenal Bo citó la contribución del budismo al difundir valores como la compasión y la misericordia: “En este país hay cerca de 500 000 monjes que pueden difundir el mensaje de Buda sobre la compasión. Hay 70 000 monjas budistas. Otras religiones, como la Iglesia Católica tienen más de 2 500 monjas y 700 sacerdotes. Cada día, muchos eligen la vida religiosa y tienen la gran oportunidad de difundir el mensaje de simplicidad, de servicio y la capacidad de compartir”.
El Encuentro–Peregrinación, explicó el cardenal, “reúne a líderes religiosos que participan en el diálogo y la paz, las personas religiosas que buscan el bien de todos”.
“La paz es el camino, la paz es el único camino. Ayudémonos entre todos a curar y sanar las heridas”, subrayó el Cardenal, señalando que en la tradición cristiana, “la paz viene de la justicia y madura en el amor”. “Construir y promover la paz forma parte de nuestras tradiciones de fe. El nacimiento de Cristo fue anunciado con el mensaje: 'Paz a todos los hombres', y cuando Jesús resucitó tenía solo un mensaje para todo: Paz”.
El cardenal, finalmente recordó la historia dolorosa de Myanmar, marcada por el conflicto, por los refugiados, por la esclavitud, la opresión, y señaló que la vía democrática no puede ignorar la paz y reiteró que “las religiones en este país quieren paz y quieren trabajar con actores estatales para construir una paz duradera”.