La Parroquia Salesiana de "San Paolo" en Massey, un barrio de Auckland, es un ejemplo de lo que muchas personas que recién llegaron llaman a esta zona "la casa". Inmigrantes de hecho, son acompañados por los Salesianos y que son los que contribuyen activamente en la vida parroquial, y que en poco tiempo serán la nueva cara de la Iglesia católica en Nueva Zelanda.
Todo salesiano está llamado a ser un comunicador de la Palabra de Dios para todas las personas, especialmente a los jóvenes. Todo salesiano tiene la responsabilidad individual de predicar la Buena Nueva con su vida y su testimonio.
El delegado Inspectorial de Comunicación Social de la Inspectoría de Australia-Pacífico (AUL), P. William Matthews, de Melbourne, visitó Nueva Zelanda en el período comprendido entre el 1 y el 8 de abril, para compartir la Palabra de Dios con la comunidad católica oriundos de Myanmar que se establecieron en Auckland y Wellington. Durante su visita, el salesiano ofició varios servicios religiosos, visitó a diferentes familias y se dio tiempo para escuchar sus historias y acompañar la vida espiritual, personal y social; mientras que los fieles, por su parte, han tenido la oportunidad de compartir su realidad.
Muchos católicos birmanos se sintieron felices de recibir la visita de un sacerdote cercano, con la capacidad de entender su mismo lenguaje. El P. Matthews nació y vivió en Myanmar y por ello comprende el lenguaje y conoce la historia de las personas. Muchos de los fieles se acercan al sacramento de la Reconciliación, y fue una manera de vivir el tiempo de Cuaresma en vista de la Pascua de Resurrección.
El P. Matthews normalmente visita Nueva Zelanda dos o tres veces al año para animar a las comunidades católicas, especialmente a los inmigrantes, y llevar una señal del amor de Dios al pueblo que viven en la "Tierra media”, en la última frontera del Pacífico Sur.