Cientos de personas han perdido todo e incluso una mujer discapacitada no pudo ser rescatada de su casa y falleció. Los Salesianos, como en otras ocasiones han comenzado a responder cuanto antes a las decenas de menores que se han quedado sin escuela y a sus familias para que puedan tener lo necesario para vivir.
Los primeros indicios apuntan a una vela que se volcó en una de las humildes viviendas de madera como causa del desastre. El incendio se propagó rápidamente por los tanques de gas que muchas familias tienen en el interior de sus casas y que dieron como resultado que el fuego se propague con mayor velocidad, causando daños y haciendo imposible la extinción inmediata.
La iglesia de la Divina Misericordia que atienden los Salesianos también fue presa de las llamas. El fuego destruyó todo, desde la primera piedra hasta la chapa de aluminio del techo. Por otro lado, todos los niños de la escuela Primaria que proceden de la favela no han podido volver a asistir a la escuela porque sus uniformes escolares y libros quedaron hechos cenizas.
“La noche del incendio fue imposible hacer nada por apagarlo”, según cuentan los misioneros salesianos. A la mañana siguiente, todo el barrio trataba de consolarse tratando de procurar ayuda inmediata, especialmente para los niños.
Las ayudas internas con gestos de solidaridad no se hicieron esperar. Algunas entidades de apoyo internacional como “Misiones Salesiana” se han comprometido en ayudar en las necesidades de miles de personas y para que los salesianos puedan dar respuestas inmediatas a las penurias que tiene la población.