El extenso documento, hecho público a finales de febrero, es la culminación de uno de los períodos más difíciles en la historia del jovencísimo país. Recientemente, el gobierno reconoció el estado de hambruna en dos condados - Leer y Mayendit - pero la emergencia se extendió a todo el país. Según la ONU, casi 5 millones de personas se encuentran en una grave escasez de alimentos y los medios para cultivar la tierra, mientras que más de 100 mil personas ya padecen realmente hambre a causa de un conflicto desde el año 2013.
"La guerra es la base de toda calamidad que afectó a este país en los últimos años. No hay ninguna razón para pasar hambre y hundirse en un emergencia humanitaria, pues Sudán del Sur es un país rico en vegetación, fauna, tiene agua, tradicionalmente es muy rico en pescado y cultivos. Es erróneo llamarlo desastre natural, no hay nada de desastre natural en esta situación".
El conflicto, que ahora se une a la hambruna, ya tiene decenas de miles de muertos y obligó a más de 3 millones de personas a huir del país. En vano han sido los diversos acuerdos de paz firmados en el año 2013, ni han servido los despliegues de 12 mil soldados de la ONU.
Los Obispos también expresan el deseo de promover el diálogo nacional y el proceso de paz. “Junto con otras iglesias pedimos encontrarnos cara a cara no solamente con el Presidente, sino también con el Vicepresidente... y con cualquier otra persona que tiene el poder de cambiar la realidad. Tenemos la intención de encontrarnos todas la veces que ustedes deseen para obtener que los resultantes lleven acciones y no queden solamente en palabras”.
Los salesianos están presentes y activos en el territorio de Sudán del Sur desde los años 80, sirviendo a los jóvenes necesitados en los campos de refugiados mediantes obras, ofreciendo ayuda, refugio, alimentos, ropa, salud e higiene.