Son las 04:25 y es hora de ponerse de pie para iniciar con las actividades en la misión de Wasakentsa. Es lunes y debo despertar a los 40 internos para que vayan al estudio a realizar sus deberes escolares. La comunidad salesiana se reúne para la oración comunitaria a las 04:50 y a las 05:30 ya estamos dispuestos para iniciar la celebración de la Eucaristía junto con la comunidad de las hermanas Marianitas, quienes también poseen una obra misionera entre los achuar.
Con las primeras luces del día se abren los dormitorios para luego realizar la limpieza de toda la residencia hasta las 06:30, hora en la que al toque del «cacho» se anuncia el desayuno tanto para internos como para voluntarios y salesianos en un mismo comedor. El desayuno es a base de chicha. Luego de ello los 120 estudiantes van a las distintas aulas.
A las 13:00 las clases concluyen. Almorzamos y sigue el trabajo de limpieza de los canales y otro grupo la limpieza y cuidado de los plátanos.
A las 19:50 doy la indicación de guardar los cuadernos y los libros para escuchar las buenas noches, y tras un corto pensamiento se hace la última oración del Padre nuestro y un canto en achuar a María llamado “Nekas Nunkarure Marí”. Acompaño a los residentes para su descanso y de esta manera termina el día.
Mis actividades como salesiano en formación no finalizan a las 20:00. Rezo con la comunidad las Vísperas y lectura espiritual. Hasta las 21:30 nos encontramos en la biblioteca de la comunidad y compartimos con todos los hermanos las experiencias acontecidas en el día. Y cuando ya son las 22:00, cada hermano descansa y repone fuerzas para el siguiente día, seguros de seguir con la misma alegría y compromiso de ser en este pueblo achuar “signos y portadores del amor de Dios entre los jóvenes”.