Hijo de campesinos, creció en una familia numerosa, y fue probado por enfermedades durante su infancia. A los 10 años, después de una repentina recuperación, prometió a la Santísima Virgen María “ser su hijo para siempre” y convertirse en un Sacerdote Salesiano.
Realizó el noviciado el año de 1931, y la Profesión Perpetua en 1938. Fue ordenado Sacerdote el año 1940, y continuó al frente del régimen comunista. Defendió el símbolo de la Cruz (1946) y fue expulsado del colegio donde enseñaba. Huyó la "Noche de los bárbaros" y en la expulsión de los religiosos (13-14 de abril de 1950) y luego se preguntaba cómo ayudar al clero para alcanzar la meta del sacerdocio. Organizó expediciones para cruzar la "cortina de hierro" y enviar candidatos a Turín, pero al tercer intento falló, era el mes de abril de 1951.
El P. Zeman tuvo que hacer frente a unos 13 años de injusto encarcelamiento y tortura, experimentando una vida dura en las cárceles y en los campos de trabajo forzado. Era obligado a largos períodos de aislamiento y trabajo sin protección al uranio radiactivo. Fue calificado como el "hombre marcado para su eliminación", y cuando en 1964, se le dio cinco años de libertad condicional, siempre fue espiado y perseguido y se le prohibió ejercer públicamente el ministerio sacerdotal. Murió el 8 de enero de 1969 después de tres ataques al corazón.
Lo acompañó la fama de martirio. En 1991 el proceso de rehabilitación lo reconoce definitivamente inocente.
El testimonio del P. Zeman es la encarnación de la llamada vocacional de Jesús y la preferencia pastoral por los muchachos y los jóvenes, especialmente por los jóvenes salesianos, que se manifestará en una verdadera pasión. “Incluso, si perdiese mi vida – afirmaba P. Zeman – no lo consideraré un desperdicio, sabiendo que al menos uno de los que había ayudado a convertirse ha sido ordenado sacerdote en mi lugar”.