En el mes de enero “Solidaridad Don Bosco” emprendió el reto de comenzar a trabajar en un país nuevo: Burundi. Se trata de uno de los países más empobrecidos del mundo, con una población de edad media inferior a 18 años y que vive mayoritariamente en zonas rurales y donde la mujer es maltratada y sin derechos que le corresponde como ser humano. “Desde el equipo de la ONGD estamos muy motivados por poder realizar acciones, proyectos y programas que ayuden a que su población y sobre todo las mujeres, tengan mejores oportunidades de futuro”.
“Solidaridad Don Bosco” se ha caracterizado en estos últimos años por trabajar en favor de las mujeres. Cabe recordar el trabajo en El Alto - Bolivia, que tratan de fortalecer el papel de las mujeres a través de la alfabetización, capacitación y cualificación especializada. No se puede olvidar el trabajo en Nador-Marruecos, donde se han creado talleres de Costura y Bordado, para la inserción y capacitación laboral, de las jóvenes en situación de exclusión social. Y lo mismo se ha realizado en Kara – Togo donde se trabaja por la alfabetización de 1000 mujeres rurales.
El proyecto “Mejora de las oportunidades de las mujeres de Rukago (Burundi)” se desarrolla en el Centro Profesional Buterere “Don Bosco” que los Salesianos tienen en la localidad rural de Rukago, situada al norte de Burundi.
Con el proyecto se pretende aumentar la participación de las mujeres jóvenes de la zona en la formación profesional y se han abierto formación profesional en materia de Cocina y Hostelería, los talleres de sensibilización a la población para promover la equidad de género y apoyar la inserción laboral de calidad de las mujeres.
Es indudable que las reivindicaciones a los legítimos derechos de las mujeres, viene de la “firme convicción de que varón y mujer tienen la misma dignidad y que plantean a la Iglesia profundas preguntas”, escribe el Papa Francisco.