Por P. Gian Luigi Pussino
El P. Alfonso Alfano, un nativo de San Antonio Abad, había cumplido 80 años el 26 de noviembre. Profesó como salesiano el año 1954 y fue Ordanado Sacerdote el 19 de marzo de 1964. Director y Párroco, primero en Soverato y luego Inspector en Nápoles en el sexenio 1978-1984, y delegado por los Cooperadores Salesianos.
En los años en que fue Inspector se vio envuelto en los primeros pasos del "Proyecto África" y trabajó activamente por la presencia salesiana en Madagascar.
Sus primeros años de vida coincidió con la pobreza y el sufrimiento de la Segunda Guerra Mundial que lo formó particularmente atento a la pobreza de la mente y del corazón.
Esta pasión se robusteció en sus primeros años de vida salesiana, cuando hizo su experiencia en Villa Favorita en Resina, donde trabajaba activamente por los huérfanos de guerra.
En 1991 comenzó la experiencia del Centro de Menores en Sacro-Cuore de Roma y en 2007 se trasladó a Nápoles con la misma orientación.
Vivió plenamente el sistema preventivo: la razón – promovió cursos de recuperación escolar y aprendizaje para el trabajo; religión - ha guiado procesos para dar sentido a la vida y alegría al celebrar los sacramentos; amorevolezza –se tranformaba en la capacidad de escucha, en una vida paciente, en tiempo de silencio y lleno de esperanza.
Volviendo sobre algunos títulos de libros en los que relató sus experiencias, se puede decir que para él no existian muchachos difíciles, solo muchachos y jovenes a los que uno debe ir como un "mendigo de las lágrimas."
"Las alas" vuelven a menudo en sus historias, porque como Educador de Don Bosco querían que los jóvenes, sin distinción por las experiencias pasadas, podían volar como el “Ícaro que siempre regresa de vuelta”.
Era un hombre de oración, y no era difícil encontrarlo con el rosario: la fuente de la esperanza nombre de sus tres primeros volúmenes (Trilogía de la Esperanza), y ahora sin duda, dara alegría a los “Pischelli en el paraíso”.