Durante la homilía, Don Fabio compartió varios mensajes clave, inspirados en la Palabra de Dios y en el camino recorrido durante el Capítulo General. Sus reflexiones abordaron temas profundos relacionados con la misión salesiana, la importancia de la educación y el desafío de transmitir el mensaje cristiano en un mundo hiperconectado y complejo.
Reflexiones del Rector Mayor
En el centro de su homilía, Don Fabio invitó a los capitulares a reflexionar sobre la importancia de permanecer firmes en la fe y anclados a puntos de referencia sólidos. Subrayó que Jesús sigue siendo una luz en la sociedad contemporánea, a menudo inundada de mensajes desordenados y contradictorios.
Habló de una generación de jóvenes inmersa en el mundo de los medios, pero con una profunda necesidad de autenticidad y valores estables. Don Fabio destacó cómo, a través de la propuesta educativa salesiana, especialmente inspirada en el artículo 2 de las Constituciones Salesianas, se puede ofrecer a los jóvenes no solo una educación de calidad, sino también una comunidad que les ayude a crecer en la fe y la santidad.
Reiteró que la misión salesiana no es solo un servicio educativo, sino también un camino de santificación personal y comunitaria.
Recordando algunas experiencias y testimonios surgidos durante el Capítulo, Don Fabio subrayó cómo el trabajo salesiano representa una respuesta concreta a los desafíos de nuestro tiempo. Mencionó el papel fundamental de las obras salesianas en el mundo, que ofrecen acogida y apoyo a jóvenes en situación de vulnerabilidad, y habló de la frescura del mensaje educativo salesiano, capaz de dialogar con las culturas y realidades contemporáneas.
Don Fabio también puso énfasis en la importancia de la resiliencia y el coraje para llevar adelante la misión salesiana, a pesar de las dificultades y resistencias que puedan surgir. Recordó que los salesianos están llamados a ser portadores del mensaje de Dios, viviendo un testimonio auténtico y concreto incluso en contextos marcados por el sufrimiento y la marginación.
Concluyó su homilía reafirmando que el testimonio salesiano debe estar enraizado en el amor y la solidaridad, ofreciendo a los jóvenes no solo soluciones educativas, sino también esperanza y apoyo concreto.
Un Gesto Simbólico de Oración y Entrega
Al final de la celebración, en un gesto particularmente significativo, el Rector Mayor, acompañado por los miembros del Consejo General y un grupo de jóvenes, se dirigió en procesión a la tumba de Don Bosco.
En un clima de recogimiento y oración, encomendaron a Don Bosco a los miembros del Capítulo General, los frutos del trabajo realizado, la Congregación Salesiana y toda la Familia Salesiana. Este momento de oración en la tumba del fundador representó un acto de encomienda y esperanza, un momento simbólico y una invitación a continuar el camino con fe, pasión y dedicación a la misión salesiana.
Al final de la misa, el Rector Mayor entregó personalmente a cada capitular un recuerdo del Capítulo General 29, como signo de gratitud y memoria de este importante momento de discernimiento.