La sesión comenzó a las 16:00 con un momento de oración y la invocación del Espíritu Santo, invitando a los capitulares a confiar plenamente en Dios en este proceso de discernimiento. Poco después, el Moderador del Capítulo General, el Padre Alphonse Owoudou, presentó los trabajos, subrayando la importancia de vivir esta semana con total apertura y disposición al proyecto divino.

A continuación, el Presidente del Capítulo General, el Padre Stefano Martoglio, presentó al Padre Amedeo Cencini a la asamblea, describiéndolo como un guía espiritual de gran experiencia, capaz de acompañar este momento con profundidad y discernimiento.

Las Ideas del Padre Amedeo Cencini: La Esperanza Como el Corazón del Discernimiento

En su intervención, el Padre Cencini compartió una reflexión inspiradora sobre el tema “Apasionados por Jesucristo, dedicados a los jóvenes”, conectándolo con el contexto actual de la Iglesia y la sociedad. Destacó cómo la esperanza es el horizonte temático del Capítulo General y un elemento fundamental para enfrentar los desafíos del presente.

El Padre Cencini invitó a los capitulares a considerar el discernimiento como un proceso profundamente ligado a la esperanza, explicando:

• Discernir es esperar: El discernimiento solo es posible dentro de la esperanza, que da energía, genera confianza y permite tomar decisiones valientes.
• Esperar es discernir: La esperanza auténtica, enraizada en la fe, no es una simple espera pasiva, sino una confianza plena en Dios, que nos da el valor de arriesgar y atreverse, como lo hizo Don Bosco.

Además, destacó que la esperanza es una fe que se convierte en confianza y genera profecía, capaz de transformar la vida, incluso en momentos de crisis. En particular, se refirió a la necesidad de cultivar una esperanza que sepa "esperar contra toda esperanza", como nos enseña San Pablo (Romanos 4,18), especialmente en tiempos de dificultad para la Iglesia y la Vida Consagrada.

Vísperas y Adoración: Una Conclusión Espiritual

Tras la intensa reflexión, la noche continuó con la celebración de las Vísperas en la Basílica a las 19:30, un momento de profunda comunión espiritual.

Después de la cena, los capitulares se reunieron nuevamente en la Iglesia de San Francisco de Sales para una intensa Adoración Eucarística, guiados por un espíritu de oración y discernimiento, fundamental para el camino que les espera en los próximos días. Este momento permitió a los participantes confiar a Dios el trabajo del Capítulo General y abrir sus corazones a la luz del Espíritu Santo.

Un Comienzo Prometedor

La noche concluyó en un ambiente de silencio y meditación, dejando en los capitulares una profunda conciencia de la importancia del discernimiento espiritual. Este primer paso marca el inicio de una semana de oración y reflexión, durante la cual la Familia Salesiana en todo el mundo está unida en oración para apoyar el Capítulo General.

Discernir es esperar, y esperar es discernir: esta es la clave que guiará el trabajo de los próximos días, para que cada decisión sea iluminada por la luz del Espíritu Santo y orientada al bien de los jóvenes, especialmente los más pobres y vulnerables.

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