En concreto, en la escuela “María Auxiliadora”, los trabajos de modernización han incluido la compra de equipos para la asistencia en enfermería y la adquisición de herramientas tecnológicas para las clases de contabilidad y administración. Todo esto ha tenido un impacto positivo en trescientos cincuenta y cinco estudiantes, quienes han podido ampliar sus competencias técnicas y digitales.
Además, se han destinado fondos adicionales para la adecuación de espacios donde los estudiantes pueden entrar en contacto con el mundo laboral bajo la supervisión de docentes especializados. Estas inversiones también han permitido implementar horas de prácticas dentro de un nuevo currículo, lo que ha ampliado significativamente la formación profesional dirigida a los jóvenes.
En la escuela “Madre Mazzarello”, por otro lado, la donación ha beneficiado a más de quinientas sesenta y cinco personas, la gran mayoría pertenecientes a familias sostenidas por un único miembro. Muchos de los jóvenes provienen de hogares en los que los padres, debido a la situación del país, no pueden brindarles una educación de calidad.
Además, gracias a una segunda donación destinada a la escuela “Madre Mazzarello”, se ha podido ayudar a numerosos estudiantes de entre diez y dieciocho años. Muchos de ellos pertenecen a grupos indígenas cuyas comunidades se han trasladado a la capital en busca de mejores condiciones de vida.
Entre los beneficiarios se encuentra Edilmar, de diecisiete años, quien vive en Petare, Caracas, uno de los asentamientos más grandes de América Latina. Proviene de una familia con recursos económicos muy limitados y vive con su hermana mayor, quien se graduó en la misma escuela.
Un salesiano explicó: “Gracias al apoyo de su hermana, Edilmar decidió estudiar asistencia en gestión, recibiendo una formación completa que desarrolla competencias en la gestión financiera, la administración de recursos y los procesos administrativos. Los espacios de empleo implementados a través del proyecto han permitido que Edilmar complemente sus últimos meses de formación con actividades prácticas e innovadoras. Además, la inclusión de programas de contabilidad y gestión le ha proporcionado habilidades adicionales, ampliando así sus oportunidades de empleo”.
El salesiano añadió: “Hoy, Edilmar está en su último año de formación y, gracias a su dedicación y compromiso, pronto podrá realizar sus prácticas, donde sueña con destacar para conseguir un contrato de trabajo estable en la empresa. Su objetivo es poder costearse sus estudios universitarios y apoyar económicamente a su familia”.
