El padre Hamasaki, quien fue director del Aspirantado de Yokkaichi cuando el joven Tsutsumi decidió ingresar a los salesianos, pronunció también la homilía, en la que reflexionó sobre una carta escrita por el venerable padre Vincenzo Cimatti, el 2 de enero de 1926, poco después de haber zarpado de Italia como jefe de la expedición misionera con destino a Japón. A partir de esta carta, exploró la esencia de la vocación salesiana: una vida plenamente entregada a Jesús y dedicada a los jóvenes más necesitados.
El inspector de Japón elevó una sentida oración por el camino del joven que se está formando como salesiano para toda la vida y expresó su deseo de que el año previo al centenario no sea solo una serie de eventos, sino un tiempo de renovación espiritual y conversión para toda la Familia Salesiana.
Luego, con una gran sonrisa, Tsutsumi recorrió su camino vocacional, mencionando tanto los motivos de gratitud como las profundas luchas enfrentadas. Compartió su alegría y su firme compromiso de dedicar su vida como salesiano. Las personas presentes brindaron un caluroso aplauso.
Después de la misa, la celebración continuó en la “Sala Don Bosco” de la casa de formación salesiana, donde dos jóvenes miembros del Movimiento Juvenil Salesiano (MJS) condujeron los trabajos de la academia cultural. El encuentro comenzó con un video que repasó el camino de los salesianos en Japón, seguido por la premiación del logo conmemorativo del 100º aniversario.
El evento contó también con la representación de la opereta Marco el Pescador, compuesta por el padre Cimatti, y una presentación de danza a cargo de los jóvenes del oratorio Don Bosco. Además, los participantes escucharon una ponencia de los miembros del MJS sobre el Sínodo Salesiano de los Jóvenes, celebrado el verano pasado en Turín, Italia.
La alegre jornada concluyó con la asamblea, entonando la canción del padre Cimatti La Casetta di Don Bosco, marcando el inicio de un año verdaderamente memorable para las celebraciones del centenario.
Chihiro Okawa