Este año, los dos carismas se han encontrado nuevamente, esta vez en Irlanda, donde después de la experiencia del retiro de verano, algunos jóvenes quisieron continuar su camino de fe en la casa salesiana de Celbridge, acompañados por la comunidad salesiana y, en particular, por el padre Lukasz Nawrat, SDB, como acompañante.
Desde el inicio del año escolar, estos jóvenes se reúnen una vez al mes y actualmente el grupo cuenta con más de treinta adolescentes, quienes se dividen en grupos más pequeños para las sesiones catequéticas. Uno de los objetivos del movimiento es compartir el crecimiento personal y la experiencia de fe con sus pares, por lo que cada grupo tiene un líder que anima el encuentro. Durante estos momentos, los jóvenes reflexionan sobre temas específicos relacionados con el año litúrgico u otros aspectos de su camino de fe.
Normalmente, un encuentro del grupo se divide en cinco partes:
● Una breve oración introductoria.
● Un recordatorio de lo tratado en la reunión anterior.
● Una reflexión sobre el tema del día.
● La lectura de algunos pasajes bíblicos relevantes para el tema.
● Un espacio para compartir en grupo sobre lo reflexionado.
Finalmente, las reuniones mensuales concluyen con un momento de juegos y música o canto en grupo, lo que fortalece los lazos entre los participantes y les ofrece una experiencia comunitaria llena de alegría.
El elemento central de OASIS es el encuentro personal con Dios en la vida cotidiana y la compartición de las experiencias personales con los demás.
Así lo expresaron algunos de los jóvenes involucrados:
● “Siempre estoy feliz de asistir a nuestras reuniones y a mi grupo. Siempre me divierto mucho, aprendemos y crecemos juntos. Los temas que tratamos son interesantes y puedo enseñar lo que sé, pero también aprender cosas nuevas sobre Dios. Al principio, muchos de nuestros participantes eran callados. Pero con el tiempo nos hemos unido y hemos visto cómo se han abierto. Gracias a OASIS, siento que me he fortalecido en mi fe. Puedo concentrarme más en leer la Biblia y detenerme a pensar en lo que Dios quiere decirme. No es solo un grupo, también es un estilo de vida y una elección diaria para estar más cerca de Dios”. (Amelia Kulig)
● “Aunque a veces es un desafío, ser un joven animador me ayuda a fortalecer mi fe y desarrollar mi confianza en Dios; me ayuda a tener una buena relación con mi familia, a ser más paciente, tranquilo y tolerante; y también me ayuda a apreciar lo que me ha sido dado”. (Patryk Kumorek)
● “Estoy sorprendida de cómo el Espíritu Santo puede moldear mi vida y enviarme a las personas que necesito. Quiero seguir creciendo en mi fe y, gracias a este grupo, tengo esta oportunidad. Me da un sentido de comunidad y me hace sentir que no estoy sola, así puedo hablar de mi fe con más valentía y seguridad, y a través del movimiento me ha resultado más fácil confiar en el plan de Dios”. (Joanna Szlachta)
El retiro realizado en Clonmacnoise ofreció a los adolescentes un momento de paz en medio de su ajetreada vida cotidiana. “Tuvimos la oportunidad de pasar tiempo juntos y hablar de Dios. Nos centramos en el hecho de que Jesús es nuestro mejor amigo y en lo hermoso que es tenerlo en nuestras vidas, porque siempre nos amará incondicionalmente. Fue hermoso ver cómo los participantes mayores cuidaban de los más jóvenes y se aseguraban de que estuvieran bien”.
Así, la eucaristía fue una verdadera celebración de amistad comunitaria, en la que los jóvenes participaron activamente, cantando, leyendo, sirviendo y llevando los dones.
“Esta experiencia ha profundizado nuestra fe: confiar en Dios en cosas simples y cotidianas nos ayuda a enfrentar la vida con alegría. Confiar en Jesús nos hace más felices y estamos agradecidos por cada día y por cada persona que Dios nos envía. Este retiro realmente ha cambiado nuestra forma de ver el mundo”, concluyeron los jóvenes.
Fuente: Salesianos de Irlanda