Tijuana, una ciudad latinoamericana con dos millones de habitantes, se encuentra en el extremo noroeste de la frontera entre México y Estados Unidos. Es un punto fronterizo transitado por once millones de personas cada año. A pocos kilómetros de distancia brillan las luces de California, pero en Tijuana se vive un clima semiárido característico de América Central, con desigualdades sociales y riesgos de marginación. Aquí, miles de personas llegan a diario cargadas de sueños y aspiraciones, pero enfrentan una condición incierta: extranjeros en tránsito, migrantes en la frontera, luchando por satisfacer necesidades básicas y sin acceso a un camino educativo o profesional que les permita mirar hacia el futuro.
Gracias al esfuerzo del Proyecto Salesiano Tijuana A.C., liderado por el padre Juan Carlos Solís Pérez, de la Inspectoría Salesiana "Cristo Rey y María Auxiliadora" de México-Guadalajara (MEG), este proyecto tiene una doble vocación: ser un espacio de protección y, al mismo tiempo, de renacimiento. Para las mujeres y niños más vulnerables a la violencia, explotación y violación de derechos, el proyecto incluye un programa especial: el Refugio Salesiano.
El edificio que alberga el Refugio es hoy el hogar de ciento veinte mujeres migrantes, de entre veinticinco y cincuenta años, y ochenta niños, de entre seis y doce años. Con el apoyo de los salesianos de Don Bosco y un equipo de doce profesionales, las personas acogidas reciben servicios para salir de su situación de vulnerabilidad y proyectar un nuevo futuro:
● Educación para los niños, garantizando la continuidad escolar.
● Apoyo psicológico y formación profesional para las mujeres, promoviendo su autonomía laboral y el cuidado de su bienestar socioemocional.
● Atención médica y asistencia legal para todos los residentes.
A pesar de los avances, aún queda mucho por hacer para optimizar los esfuerzos del Proyecto en relación con sus objetivos.
En cuanto a la formación profesional, tras un primer ciclo enfocado en competencias relacionales, será fundamental implementar programas en áreas de alto potencial laboral, como cocina y enfermería. Además, el fortalecimiento de la asesoría legal será esencial, ya que las mujeres y niños del Refugio suelen necesitar apoyo adecuado para gestionar solicitudes de asilo o documentos necesarios para continuar su viaje de manera segura.
La oferta de asistencia médica y psicológica continuada es crucial. El cuidado adecuado garantiza tanto el bienestar físico como el emocional. En este sentido, el Refugio también contempla sesiones semanales de terapia enfocadas en la gestión del estrés.
Para los niños y adolescentes, el desafío de los salesianos de Tijuana sigue siendo combatir la pobreza educativa. Además de los programas educativos de la escuela salesiana Don Bosco de Tijuana, se ofrecerán cursos y asistencia escolar personalizada, promoviendo el desarrollo de nuevas habilidades útiles durante su estadía en el Refugio.
Finalmente, en el núcleo de toda la labor del Proyecto Salesiano está la operación constante del Refugio Salesiano: tres comidas saludables al día, productos seguros durante su estancia, y acceso regular a agua potable, electricidad y servicios higiénicos.
Las actividades realizadas por este proyecto son esenciales para muchas personas que, de otro modo, estarían abandonadas a su suerte. Además, reflejan plenamente el espíritu salesiano, al centrarse en los menores y los más necesitados y en riesgo. Por esta razón, el proyecto ha sido seleccionado por la Fundación Don Bosco nel Mondo como parte de su campaña navideña.
Para más información, puede visitar el sitio web: https://donbosconelmondo.org
