La primera fase de las celebraciones ha estado caracterizada por un concierto que ha tenido como protagonistas a los estudiantes de las escuelas salesianas. Luego, se han presentado las bandas de musica y se ha narrado la figura del padre Arquímedes Martelli, el primer misionero en Corea del Sur, del cual se conmemora este año el cuadragésimo aniversario de su muerte. A continuación, se han realizado cantos a cargo de la comunidad salesiana de Shinandong y una actuación del grupo “Seventeen”.
De gran significado ha sido la actuación del coro “On a Beautiful Day in October”, que ha emocionado al público presente, y la de la banda de música. Al término de los cantos, el maestro Kim Hyun-cheol, quien había formado parte de la banda cuando era estudiante de la escuela salesiana hace más de veinte años, ha observado que entre estos estudiantes, algunos continuarán este camino musical incluso dentro de veinte a treinta años. Esta reflexión ha recordado a todos las palabras de Don Bosco, según las cuales la música es una parte esencial de todo ambiente salesiano.
La segunda parte ha continuado con la Misa presidida por Monseñor Hyginus Kim Hee-jong, Arzobispo de Gwangju y exalumno de la Escuela Superior Salesiana de la misma ciudad. En su homilía, ha recordado el periodo en el que enseñó ética en la escuela salesiana, durante un año, durante su diaconado, reflexionando sobre la simplicidad y la alegría del padre Martelli, así como sobre su compasión y su amor por los más pobres. El Arzobispo ha definido la educación salesiana como “experiencia de amorosidad”, afirmando que lo que realmente mueve los corazones de los jóvenes es el sentimiento genuino de ser amados, que los impulsa a cambiar su vida en respuesta a ese amor.
El Arzobispo también ha subrayado el significado simbólico de los setenta años y ha dirigido una solicitud especial a los salesianos para que se preparen a fondo para la proximidad del centenario. También ha alentado a los Exalumnos a estar orgullosos de haber pasado tiempo en una escuela salesiana, rica en significativos lazos internacionales, y a procurar valorar esta dimensión de su experiencia.
El padre Marcello Baek, Superior de la Inspectoría de Corea del Sur (KOR), durante el saludo final, ha expresado especial gratitud a la Arquidiócesis de Gwangju y a la Sociedad Misionera de San Colombano por su ayuda y apoyo incondicional durante los primeros días de la presencia de los Salesianos en Corea (1954). También ha compartido el profundo afecto y la gratitud hacia los sacerdotes que han sido alumnos de la Escuela Superior Salesiana de Gwangju y ha agradecido a todos los grupos de la Familia Salesiana presentes. Además, ha elogiado los esfuerzos del salesiano coadjutor Marino Bois, el autor original de la biografía del padre Martelli titulada “Segundo la Providencia”. El señor Bois, misionero salesiano originario de Italia, como el padre Martelli, ha pasado varios años recopilando materiales y reviviendo recuerdos para realizar este libro, completando la biografía del primer misionero salesiano en Corea del Sur.
El evento ha ofrecido la ocasión para recordar la dedicación y el sacrificio de todos los salesianos que, guiados por el padre Martelli, han contribuido a la historia de la Inspectoría, y para alentar a los jóvenes a continuar desarrollando su misión.
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