Su presencia y sus encuentros alentadores despertaron el espíritu misionero en toda la Familia Salesiana.
El 12 de agosto, el Padre Maravilla llegó a la misión salesiana de Gumbo, en Juba, donde fue recibido por el Delegado y los miembros de la comunidad, junto con los jóvenes. Al día siguiente, se dirigió al “Don Bosco Maridi”, donde visitó la comunidad salesiana y se reunió con las Hermanas de la Visitación de Don Bosco. Pasó el día allí, compartiendo la vida de la misión con ellos.
El 15 de agosto, viajó en avión al “Don Bosco Wau”. Después de visitar la parroquia, el centro de formación profesional, la escuela primaria y el centro para la rehabilitación de niños de la calle (el Children Care Center - CCC), se trasladó en coche al “Don Bosco Tonj”. Al día siguiente, después de visitar las escuelas, la Radio Don Bosco y las comunidades de las Hermanas Misioneras de María Auxiliadora y las Hijas de María Auxiliadora, partió en coche hacia Kuajok. El 17, presidió la Eucaristía para los chicos del CCC e interactuó con los niños de la calle. Esa misma noche, pasó un tiempo en el “Don Bosco Gumbo”, en Juba, de esta manera concluyó su breve visita.
Durante su Visita, no dejó de compartir con los salesianos las actualizaciones sobre el próximo Capítulo General 29 y de profundizar en el tema de la celebración de los 150 años de la primera expedición misionera: “Reconocer, repensar y relanzar”.
El Padre Maravilla subrayó la importancia de ser portadores de esperanza y de mantener siempre la pasión y el celo, ya que es ese espíritu el que da origen a la vocación misionera. Finalmente, recordó que todos estamos llamados a ser misioneros, y que no es el lugar lo que hace a los misioneros, sino el corazón.