Tras saludar a las autoridades presentes, entre las que se encontraban el Cardenal español Luis Ladaria Ferrer y Maximino Caballero Ledo, Prefecto de la Secretaría de Asuntos Económicos de la Santa Sede, el Cardenal Artime agradeció la invitación y la presencia de los fieles, la mayoría de ellos españoles residentes en Roma.
Posando su mirada en el Evangelio del día, el cardenal precisó que, “dos mil años después, el mundo ha cambiado mucho. Nuestro mundo es complicado, complejo, y nos damos cuenta de que la realidad se hace difícil”.
Señaló asimismo que “como creyentes y cristianos no podemos hacer competición queriendo hacer lo mismo que los demás, con nuestros propios medios”.
Aseguró también que “los medios que tenemos nos pueden ayudar a hacer el bien” y remarcó que “la mayor fuerza que hoy tenemos no son las estrategias”, sino el testimonio.
“Si somos capaces de testimoniar quiénes somos y cómo nos movemos, eso llega, eso toca el corazón”, puntualizó.
En esta línea, invitó a los fieles a “estar atentos a la mayor tentación que tiene y ha tenido en la historia el mundo: la gran tentación se llama poder. Frente a este gigante el Señor sigue diciendo el que quiera ser el primero, que sirva”.
La mayor fuerza que tenemos, continuó el Cardenal Artime, “tiene que ver con la sencillez, el testimonio”.
“Si no es servicio, es poder, y si es poder, no viene de Dios y no está bendecido ni por Dios ni por Jesús. Igual que uno se ensalza, con la misma facilidad cae, lo vemos todos los días en el mundo”, advirtió.
Por Almudena Martínez-Bordiú
Fonte: Aciprensa