Aquí, cada año, no solo se ofrecen alimentos y ropa, sino también un refugio, oportunidades educativas, asesoramiento y servicios de reunificación familiar a unos dos mil quinientos niños de la calle. Los misioneros salesianos, junto con el personal que gestiona el centro, proporcionan estos importantes servicios en estrecha colaboración con las autoridades locales, que confían en la experiencia y el compromiso compartido de los Salesianos.
“A pesar de la garantía constitucional de Sierra Leona de proteger y educar a sus niños, no hay suficientes recursos gubernamentales para ayudar a los niños vulnerables - explica el Padre Michael Conway, Director de Salesian Mission - Aquí es donde interviene Don Bosco Fambul, cambiando la vida un paso y un joven a la vez”.
La transformación de las vidas de estos jóvenes de la calle comienza, literalmente, con un autobús. Establecido oficialmente en 2010 como punto de contacto primario para muchos de los beneficiarios de Don Bosco Fambul, el autobús de rescate "Don Bosco on Wheels" viaja por los barrios más desfavorecidos de Freetown, ofreciendo comidas, ropa limpia, duchas y asistencia sanitaria básica a los niños que viven y trabajan en la calle. El personal informa a estos niños sobre toda la gama de programas de Don Bosco Fambul, de modo que, si y cuando los jóvenes estén listos para cambiar, sepan a quién acudir para obtener ayuda.
“No es difícil imaginar el escepticismo y el miedo de los jóvenes sin hogar que pasan sus días escapando de la explotación y los abusos – prosigue el Padre Conway – Por eso el personal que gestiona Don Bosco on Wheels invierte mucho tiempo en ganarse la confianza de los jóvenes más vulnerables”.
Así es como Titus, ahora con diecinueve años, conoció Don Bosco Fambul.
Titus terminó en la calle cuando tenía solo siete años, para escapar de la pobreza y la desesperación de su hogar. En lugar de regresar a casa con sus padres después de la escuela, vagaba por las aceras y los callejones de Freetown hasta la medianoche. A veces robaba dinero para comer, lo que lo llevó a ser expulsado de su casa para siempre. Durante dos años, el joven Titus se las arregló solo... y luego los Salesianos entraron en su vida.
En un primer momento, el personal de Don Bosco Fambul trabajó con Titus y su familia con la esperanza de reunirlos. Cuando desafortunadamente estos esfuerzos no tuvieron éxito, Titus ingresó en la casa hogar para chicos de Don Bosco Fambul, donde recibió el apoyo necesario para remodelar su futuro.
Y los resultados son tangibles. Los misioneros de la casa hogar informan que hoy Titus es un Lector, un Servidor del Altar, un músico que toca en la banda, un panadero, un sastre experto y un cantante. También está inscrito en la Milton Margai Technical University, en Freetown, con la intención de convertirse en asistente social y ayudar en el futuro a otros chicos como él.
Titus es solo uno de los jóvenes que han encontrado una nueva esperanza gracias a Don Bosco Fambul y gracias a la atención y el cuidado de personas cariñosas, que con sus acciones permiten a muchos niños ser salvados de la calle.
Fuente: Salesian Mission