Los primeros misioneros salesianos llegaron por primera vez al país en 1927. Luego, debido a la situación política, abandonaron la isla para regresar con una segunda expedición en 1946. Teniendo en cuenta el tiempo transcurrido y las actividades realizadas durante muchos años en el campo de la educación y las obras sociales, la gente considera las misiones salesianas como lugares que contribuyen al desarrollo y al bienestar en los niveles religioso, intelectual y humano.
Las obras de algunos misioneros históricos, como los portugueses Padre João de Deus y Padre José Coreia, el español Padre Afonço Maria Nacher y el italiano Padre Eligio Locatelli, todavía se recuerdan hoy. Y gracias a ellos y a muchos otros Hijos de Don Bosco más o menos conocidos, el carisma de Don Bosco está más vivo que nunca en el país.
"En Timor Este tenemos once comunidades salesianas y somos alrededor de doscientos hermanos, aunque la mayoría de ellos todavía están en formación en estudios de Filosofía o Teología", dijo a los operadores de "Missioni Don Bosco", la Procura Misionera salesiana de Turín, el salesiano timorense Padre Gui da Silva.
Los centros salesianos abarcan una variedad de actividades. "Tenemos diferentes escuelas, un orfanato, un centro de acogida, una escuela agrícola y dos Escuelas Técnicas y dos Centros de Formación Profesional, que son muy importantes para nosotros, para la reconstrucción del país", agregó el salesiano.
El proceso de reconstrucción mencionado por el Padre da Silva involucra numerosas actividades proyectaciónimplementadas en los últimos años por los salesianos. El pasado turbulento de la ocupación ha desgarrado la sociedad timorense y dejado graves daños en los traumas de las personas, así como en las infraestructuras públicas: edificios, redes eléctricas, sistemas de riego, agua potable y escuelas fueron deliberadamente destruidos. Y el sector de la educación sufrió daños paralizantes, con el 80% de las escuelas completamente destruidas.
Por esta razón, el compromiso con la educación es ahora fundamental. Además de continuar con las obras ya activas, los salesianos planean revitalizar una antigua escuela construida en 1994 y que se encuentra en condiciones desastrosas en Cailoibere, en una zona agreste y aislada. Esto permitiría que setenta niños de seis a nueve años asistan a la escuela primaria, para luego continuar sus estudios en el centro más grande de la zona, Darlata, y convertirse en un futuro cercano en protagonistas del cambio en su pequeña comunidad.
Este es ahora el objetivo del Padre da Silva y de los salesianos de Timor Este, para dar otro pequeño, pero significativo aporte al trabajo de desarrollo del país.
Para obtener más información, visite el sitio www.missionidonbosco.org