El salesiano coadjutor Alexander Abelgas imparte clases de acordeón a los estudiantes interesados. Antes de usar el instrumento, cada uno de ellos recibe clases de solfeo para aprender a conocer bien la música. Luego, los alumnos dedican treinta minutos diarios a practicar el instrumento y se enfrentan a canciones cada vez más difíciles. A aquellos estudiantes capaces de tocar con habilidad se les brinda la oportunidad de acompañar la Misa y las celebraciones comunitarias.
El “Hogar de Varones Don Bosco” de Liloan fue fundado en 1989 para brindar asistencia y educación residencial a los chicos de Cebú que viven en condiciones de pobreza. Treinta y tres jóvenes, de entre doce y diecisiete años, asisten a la escuela secundaria, mientras que doce chicos, de entre dieciséis y veinte años, cursan la escuela secundaria en la “Escuela Secundaria Nacional de Liloan-Don Bosco Campus”, ubicada dentro del complejo salesiano.
Como destacó uno de los salesianos involucrados en Liloan: “El objetivo es reintegrar a los chicos en la sociedad para que puedan tener un buen futuro. Nuestro lema es: ‘Ayudemos a los chicos a ayudarse en la vida’. En el hogar de acogida salesiano, los chicos experimentan la vida comunitaria, enriquecida con intervenciones educativas, sociales, culturales y espirituales. Se les proporciona alimentos, ropa, artículos de aseo y atención médica y dental. Los chicos siguen un programa diario que tiene como objetivo promover la disciplina, el desarrollo personal y las habilidades interpersonales”.
Los chicos se levantan temprano para prepararse para la escuela. Después de las clases, tienen tiempo para actividades recreativas, como juegos, música y arte. La cena va seguida de un tiempo para prácticas y estudio antes de dormir, y los viernes se reserva para una noche comunitaria viendo una película.
“A los chicos se les asignan diversas tareas domésticas diarias para promover la responsabilidad personal, la limpieza y la organización”, continúa el salesiano. “También reciben clases de canto, música, danza, arte, prácticas deportivas y competiciones. Además, cada primer y tercer fin de semana del mes tienen visitas a casa y a las familias”.
Desde 1950, los salesianos han brindado ayuda fundamental para el desarrollo de Filipinas, trabajando con jóvenes en riesgo, familias pobres y víctimas de desastres naturales. Ofrecen una variedad de programas de desarrollo educativo y social para los jóvenes, con el objetivo de proporcionar las oportunidades necesarias para obtener educación y formación profesional, rompiendo así el ciclo de la pobreza y manteniendo un empleo a largo plazo.
Fuente: Mission Newswire