Llamado a consolidar no solo el espíritu, sino también la misión salesiana y, por ende, las estructuras que la apoyaban en un período de fuerte expansión y logros significativos, durante su largo rectorado, Don Bosco fue canonizado (1934) y Madre Mazzarello (1938) y Domingo Savio (1950) fueron beatificados, se dedicó en varios frentes: promovió y amplió la Basílica de María Auxiliadora en Turín; sentó las bases de la futura Librería de Doctrina Cristiana, la editorial "LDC", para la formación de maestros de religión, promoviendo textos y recursos didácticos; obtuvo, en 1940, de la Sagrada Congregación el decreto por el cual se erigía en Turín el Ateneo Pontificio Salesiano (PAS); trabajó en la construcción del Templo de Don Bosco en el Colle y para realizar, también en el Colle, una Escuela Profesional altamente calificada.
Al mismo tiempo, no se deben olvidar los momentos oscuros que tuvo que enfrentar, como la Segunda Guerra Mundial y las persecuciones religiosas en España. Siempre mantuvo, sin embargo, la confianza en la Divina Providencia y el compromiso de transmitir a Don Bosco en su forma genuina e integral.
Con él, además, comienzan a destacarse algunos de los rasgos típicos de la modernidad y del papel del Rector Mayor tal como se entiende comúnmente hoy: por ejemplo, fue el primero en dar la vuelta al mundo para encontrarse con todos sus hermanos dondequiera que estuvieran.
También en referencia al aguinaldo, del cual todos los ejemplares están transcritos en las Actas del Consejo Superior, pudo unir tradición e innovación: si bien mantuvo la mirada fija en Don Bosco y adoptó la forma breve y concisa, fue el primero en publicar un "Comentario" especial sobre el aguinaldo.
Además, con él, el aguinaldo se convierte cada vez más en un mensaje e invitación para toda la Familia Salesiana, dejando de ser un canal diversificado según los destinatarios (única excepción, la de 1935).
Su primer aguinaldo fue sobre la virtud teologal de la Caridad (1933), casi como un manifiesto programático, que remite al corazón del Evangelio y la vida de Don Bosco.
Varios aguinaldos, en cambio, están vinculados a algunos eventos históricos particulares, de los cuales Don Ricaldone aprovecha para incluirlos en un proyecto bien estudiado de conocimiento y actualización de Don Bosco. En este sentido, por ejemplo, el honor de los altares de algunos grandes testigos salesianos no podía pasar desapercibido en sus aguinaldos.
Otros aguinaldos, todos del período de guerra y posguerra, completan el ciclo de las virtudes teologales y las cuatro virtudes cardinales, y también constituyen una invitación a enfrentar las diversas vicisitudes de la vida con fe, esperanza y caridad, y a fortalecerse con la prudencia, la justicia y la templanza para cambiar el mundo para mejor.
Otro grupo de aguinaldos de Don Ricaldone resalta a Don Bosco, presentándolo como modelo del salesiano y de los jóvenes para llevar a cabo sus tres grandes amores: Jesús Sacramentado, María Auxiliadora, el Papa.
Entre los temas más frecuentes, también está el trabajo, que, ya sea de tipo intelectual u organizativo, fue un punto fuerte en su vida (Don Ricaldone también escribió mucho sobre educación, agricultura, formación salesiana y espiritualidad, recibiendo reconocimientos por ello).
Ni parecen fuera de contexto otros temas también propios de Don Bosco y válidos para cualquiera de sus discípulos: el amor por los jóvenes (1951), la pobreza (1936) y la humildad (1952).
Aquí, a continuación, todos los Aguinaldos dejados por Don Ricaldone a la Familia Salesiana:
1933: Para todos: "Pensar bien de todos, hablar bien de todos, hacer el bien a todos".
1934 (Canonización de Don Bosco): "Que Don Bosco nos estimule a santificarnos con la pureza de vida. Santidad es pureza".
1935:
- Para todos: "Fidelidad en seguir en todo y por todo las enseñanzas de San Juan Bosco".
- A los salesianos: "Fidelidad a las Constituciones, a los Reglamentos, a las tradiciones, a los métodos, a las obras propias de la Congregación".
- A los alumnos: "Fidelidad a su Reglamento y a la tradición eucarística".
- A los Exalumnos: "Que cada hogar sea una verdadera pequeña casa salesiana donde nuestro Padre reine suavemente con su espíritu".
1936: "El conocimiento, el amor y la práctica de la pobreza evangélica nos procuran felicidad temporal y bienes eternos".
1937: "Cultivemos la piedad eucarística según las enseñanzas y la práctica de Don Bosco Santo".
1938: "Santifiquemos el trabajo con el espíritu y en las obras de Don Bosco Santo".
1939: "Siguiendo el ejemplo y con el espíritu de San Juan Bosco, santifiquemos la alegría, las recreaciones y los entretenimientos".
1940: "San Juan Bosco nos invita a mantener siempre y prácticamente en el máximo honor, en nuestros hogares y especialmente en los Oratorios Festivos, la enseñanza catequística y la formación religiosa".
1941: "Para conmemorar la primera Misa celebrada por San Juan Bosco el 6 de junio de 1841, honremos el Sacerdocio Católico, dándolo a conocer y fomentando con celo las vocaciones sacerdotales".
1942: "Vivamos intensamente la vida de la caridad. Caridad hacia Dios, amándolo sobre todas las personas y cosas; caridad hacia el prójimo en pensamientos, palabras y obras".
1943: "Abramos el corazón a la esperanza: Dios es nuestro Padre. María Auxiliadora es nuestra Madre. Desde el Cielo velan por nosotros, Padre, Maestro, Guía, San Juan Bosco".
1944: "Acerquémonos a Dios con plenitud de Fe".
1945: "Máxima prudencia en palabras y obras".
1946: "Practiquemos la virtud de la justicia hacia Dios y hacia el prójimo".
1947: "SEAMOS FUERTES: - en vencer las pasiones; - en soportar y superar las pruebas; - en conquistar muchas almas para Dios".
1948: "Practiquemos la virtud de la templanza en el uso de los sentidos y en el cuidado del cuerpo".
1949: "Aumentemos en nosotros y propaguemos en todas partes y entre todos la devoción a María Auxiliadora".
1950 (Año Santo): "Conocer, amar, defender al Papa".
1951 (Beatificación de San Domenico Savio): "El Beato Domenico Savio nos anima a practicar fielmente el sistema educativo de San Juan Bosco".
1952: "En este mundo, sacudido por la soberbia, es urgente practicar la humildad. La humildad es el esplendor de verdad. La humildad hace alegre la vida en las familias, en las comunidades y en la sociedad. La humildad es un escudo seguro de la castidad".