Dos ejemplos del largo conflicto, de las consecuencias para la población y de la ayuda salesiana lo representan los bombardeos en Lviv, en el oeste del país, y en Novohryhorivka, al este. En ambos casos, la actuación de emergencia de los misioneros salesianos se ha convertido en la salvación para la población afectada por los bombardeos.
Hace un mes y medio, en la madrugada del 6 de julio de 2023 la alarma sonó en Lviv anunciando el peligro de un ataque con misiles y aviones no tripulados rusos. Varias fuertes explosiones resonaron en toda la ciudad, en lo que se consideró uno de los ataques más duros contra infraestructuras civiles en el oeste de Ucrania desde el comienzo de la guerra. Los Salesianos de Don Bosco que trabajan en Lviv se movilizaron para ayudar a los más necesitados, que se habían quedado sin nada y necesitaban consuelo.
El ataque ruso contra Lviv dañó alrededor de 35 edificios y 50 pisos quedaron inhabitables. A los residentes que se han quedado sin hogar y sin nada se les está proporcionando alojamiento temporal en residencias o campamentos de desplazados internos y, cuando es posible, en otros alojamientos. Resultaron heridas 48 personas y hubo más de una decena de fallecidos en el ataque.
Los Salesianos de Lviv respondieron de inmediato a la emergencia y ayudaron a la población que había salido precipitadamente de sus casas y no podía regresar. Los que se quedaron sin alojamiento están temporalmente en el campus para desplazados internos situado en el parque público de Stryjskyj. Los misioneros salesianos distribuyeron algunos productos de higiene y organizaron un comedor donde los desplazados internos van a comer todos los días.
“Los Hijos de Don Bosco nunca retroceden y tratan continuamente de ser solidarios con su propio pueblo, martirizado y que sufre a causa de esta guerra, que desgraciadamente no se detiene y se lleva por delante tantas vidas inocentes”, asegura el Superior salesiano de la Visitaduría María Auxiliadora de Ucrania, Mykhaylo Chaban.
En el otro extremo del país, en el este, está Novohryhorivka, una aldea todavía llena de grandes peligros, sometida a una guerra implacable que ya ha arrojado a casi 18 millones de personas en todo el país a una necesidad desesperada de ayuda humanitaria. Hasta allí llega también la estructurada y eficaz ayuda y consuelo puesta en marcha por los misioneros salesianos, que incluso en esta circunstancia han decidido permanecer cerca de los necesitados a pesar del persistente peligro que corre su vida.
“Llamo ángeles a todos los que acuden a nosotros”, exclama Olena, una de las muchas residentes de Novohryhorivka cuyo hogar y modo de vida han quedado completamente destruidos. “Sólo gracias a la ayuda de estos voluntarios podemos sobrevivir”.
El padre Józef Nuckowski, salesiano ucraniano que trabaja en Bibrka, al oeste de Ucrania, es uno de estos ángeles. Aunque Bibrka está a unas 13 horas en coche, Nuckowski dirige expediciones de ayuda a Novohryhorivka, entregando alimentos y artículos de primera necesidad para dar apoyo y soporte humano y espiritual a personas como Olena.
“Queremos llevar la ayuda lo más cerca posible de la frontera con Rusia, donde la mayoría de los pueblos están destruidos, las casas han sido incendiadas y la gente vive hacinada en refugios. Están muy necesitados de ayuda”, declara el Padre Nuckowski, “y gracias a la solidaridad salesiana mundial podemos conseguir y distribuir esta ayuda”.
En total, 66 organizaciones salesianas de los cinco continentes han apoyado más de cien proyectos en toda Ucrania, y hay más en preparación, porque la ayuda continuará hasta que la paz llegue a Ucrania.
Fuente: Misiones Salesianas
