En la capital, la cooperación italiana construyó una escuela poco después de la caída del Muro de Berlín: ahora está a cargo del padre salesiano Michal Wocial, misionero polaco, en la ciudad con mayor presencia de sus compatriotas en Ucrania. "Disfruta de la vida y descubre el mundo" fue el lema que guio las dos tandas del campamento escolar "Felices vacaciones", que tuvieron lugar en julio. Un lema a contracorriente, alentador en la actual situación de alto el fuego.
Los locales de la escuela primaria y el instituto de Vsesvit, (que significa "universo") se transformaron en un centro de regeneración a través del deporte, el diálogo y las comidas regulares. Los profesores, junto con los salesianos y voluntarios, también han iniciado la construcción de instalaciones lúdicas, con la inauguración, entre otras cosas, de un nuevo parque infantil en la zona del instituto. En él se realizan diversas actividades que se han convertido en el lugar de entretenimiento más popular no solo para los alumnos del colegio, sino también para los niños del barrio.
La solidaridad internacional, promovida y recogida por Missioni Don Bosco, la Procura Misionera Salesiana de Turín, dio su apoyo a la iniciativa, que es valiosa para la construcción de la paz y para la fase del 'después', cuando los niños y jóvenes de hoy estén llamados a reconstruir el tejido social destrozado por las bombas y los cohetes.
"Queda mucho trabajo por hacer, pero ya se pueden imaginar cambios interesantes y útiles en la vida de los jóvenes", declaró por su parte el Padre Wocial. No faltaron momentos de miedo por los bombardeos anunciados por las sirenas, pero el refugio de la escuela tiene capacidad para albergar a los alumnos de forma rutinaria, por lo que también se utilizó en esta ocasión.
El compromiso de los afectados e implicados en la defensa de una "normalidad" incluso en medio de la guerra, es el capital humano que construirá relaciones una vez que haya terminado esta locura.
Para más información, visite: www.missionidonbosco.org