Numerosos participantes, tanto laicos como miembros consagrados de los Salesianos y de las Hijas de María Auxiliadora, se implicaron en una viva experimentación de dinámicas relacionales, a la luz de las competencias adquiridas a través del estudio realizado hasta el momento.
La programación de las jornadas de trabajo fue intensa desde la tarde de bienvenida, según un ritmo in crescendo que permitió madurar un clima de gran apertura y amplio compartir, fomentando la voluntad y el compromiso en los ejercicios, y disipando cualquier reserva a implicarse en una dinámica de taller.
El acompañamiento para el que capacita el curso es, en su esencialidad, acompañamiento espiritual, que puede modularse en las formas de acompañamiento ambiental, grupal y personal, siempre al estilo salesiano. Además, tiene como finalidad exclusiva aprender a discernir la voluntad de Dios en la vida, única voz que dirige el camino de quien es cristiano, tanto si acompaña como si se deja acompañar.
"El acompañamiento espiritual no es un servicio al que todos están llamados, pero discernir la voluntad de Dios es ciertamente una tarea de todos", comentan Fabio y Brunella Cifola al respecto: "Aceptar hacerse compañero de otra persona, a lo largo del camino que conduce al Padre, significa ante todo ponerse en camino para aprender a escuchar la voluntad del Señor en la propia vida. Es ante todo un dejarse conducir, aceptar orientarse hacia La Voz que llama. Es entonces cuando medirse con la capacidad de escucha desnuda las propias fragilidades, y abre el corazón, la mente y el espíritu, liberando emociones que, si se subliman en la esfera de los sentimientos, forjan la voluntad hacia las opciones dictadas por la propia vocación personal".
El evento ha confirmado una vez más que la cercanía entre salesianos consagrados y laicos, unidos por su dedicación a la misión - aunque en diferentes dimensiones de la vida - hace bella y fecunda no solo a la Congregación, sino a toda la Iglesia, en la que el acompañamiento de los jóvenes tras las huellas de Don Bosco traza un camino de esperanza hacia el futuro.
"Un agradecimiento a quienes deseaban vivamente este curso de formación, a quienes emplearon sus recursos para que pudiera articularse también en esta cautivadora sesión de taller", concluyó el matrimonio Cifola.