Las Comisiones Inspectoriales están haciendo muchas sugerencias sobre el Oratorio, entendido como ambiente, festivo o cotidiano, destinado especialmente a la infancia (niños y preadolescentes); e igualmente, sobre el Centro Juvenil, destinado especialmente a adolescentes y jóvenes, con diversas propuestas de maduración integral, con prevalencia de la metodología grupal para un compromiso humano y cristiano.
En la Congregación Salesiana existen unos 1010 Oratorios festivos, 502 Oratorios diarios, 377 Centros Juveniles, 579 Oratorios-Centros Juveniles.
Las aportaciones de las Inspectorías destacan el ambiente acogedor y alegre de estas estructuras que, a través de las relaciones personales y la presencia educativa de los animadores, ayuda a los beneficiarios a pasar de grupos espontáneos a otros más estables y definidos. Destacan la promoción de la participación y el protagonismo juvenil, respondiendo con medios concretos a los intereses, preocupaciones y necesidades de los jóvenes. También se considera importante para este sector pastoral hacer una propuesta de valores y educación en la fe con itinerarios, grupos y posibilitando espacios de celebración.
El Oratorio está abierto a un público amplio, es un entorno de referencia y de irradiación. Precisamente por ello, todo se convierte en oratorio: tanto la acogida lúdica y el encuentro espontáneo en el patio, como la oferta de participación en actividades deportivas y culturales (música, danza, teatro, etc.) y la implicación directa en la animación apostólica.
Los delegados de pastoral destacaron que una de las características del ambiente del Oratorio-Centro Juvenil es su flexibilidad y su gran capacidad para adaptarse rápidamente a los cambios y a las nuevas realidades. Además, por su carácter ampliamente acogedor, el Centro Juvenil sigue siendo aquello que expresa el Cuadro de Referencia de Pastoral Juvenil: el Oratorio está " abierto a una gran variedad de niños, adolescentes y jóvenes, sobre todo, a los más necesitados y con infl uencia en una amplia zona social." (p. 180).
El Oratorio es el segundo hogar de todos, donde uno percibe todo como familiar y se siente a gusto. Para muchos, es el hogar donde se acoge, se proclama, se testimonia, se celebra y se buscan nuevas formas de compartir la propia experiencia y el amor a Dios. El Oratorio no es un cenáculo para los mejores, no es un lugar de recuperación para los que están en grave desviación. Está construido a la medida de "este" muchacho o joven ordinario (lejano), la categoría a la que hoy pertenece el mayor número.
"La obra que quedará para siempre como modelo y tipo de nuestra Pastoral Juvenil es el 'Oratorio'", dice para concluir el Padre Miguel Ángel García Morcuende, Consejero General para la Pastoral Juvenil. Encontramos la caridad y la bondad propias del Sistema Preventivo en esta realidad, cuando con Don Bosco estaba Mamá Margarita y cuando las cosas funcionaban desde el corazón'.