“Ninguna buscó ser mejor que la otra, simplemente complementarse en este doble rostro que tiene la espiritualidad salesiana, la cual Artémides Zatti supo encarnar muy santamente” explica el salesiano coadjutor Crescia, autor del texto.
La letra busca reflejar la identidad de nuestro nuevo santo salesiano, resaltando rasgos oratorianos que se supieron hacerse vivos en el Hospital de Viedma: las camillas eran su patio, una sonrisa sus buenas tardes. Lo cotidiano, los pobres, y la santidad-a-la-mano todos aspectos que el mismo Don Bosco vivió de Dios y sobre la santidad en Valdocco.
“Y la Cruz, símbolo cristiano por excelencia, sabe contener la Muerte y la Vida, ya que allí Cristo hizo experiencia de una y otra -prosigue Stefan Crescia-. Gracias a ello todo cobra sentido en la vida cristiana y en el discipulado del Maestro, que en la historia de Don Bosco tiene un paralelismo peculiar en el conocido sueño de las rosas con espinas, en donde los allegados veían caminar a Don Bosco sobre rosas, pero nadie notaba las heridas que le causaban sus espinas. Ese vínculo entre la rosa y la espina, la vida y la muerte, San Artémides Zatti lo encarnó en numerosos contratiempos que tuvo la administración del Hospital: hizo la experiencia del Crucificado, y el Amor lo supo redimir”.
Entretanto el estribillo cantado por el coro expresa el papel de Zatti como remedio de Cristo, es decir, como parte del proyecto de Cristo para curar al Hombre.
Hablando de este segundo trabajo dedicado a Zatti y de la sinergia desarrollada con el salesiano coadjutor de ARN, Isaac Aguilera Rebolledo, el Sr. Crescia, señala:
“El trabajo de composición es más que satisfactorio. Con Isaac nos complementamos de manera extraordinaria. Solemos comenzar el trabajo con algún escrito que yo le comparto, a partir del cual él lee y relee a fin de buscarle la melodía adecuada a lo que expresa el escrito. Al mismo tiempo nos acompañamos en el proceso creativo, esto es, compartimos entre nosotros lo que nos va suscitando lo que el otro crea. Isaac comenta el escrito, y yo comento lo musical. Entre ambos hacemos el intento de estar en sintonía con aquello que pide la canción que se va gestando, y esto lo hacemos con sinceridad y sencillez. La letra no sería lo mismo sin la música que la hace bailar, y como tampoco sería lo mismo la música sin la letra que la hace hablar”.